El miércoles, poco antes de la una de la madrugada, media doce de jóvenes, chicos y chicas -algunos menores de edad- se dieron cita en la fuente situada frente al nuevo Centro de Salud -que por cierto, no falta ya mucho para inaugurarse- y se divirtieron de lo lindo rompiendo luminarias y destrozando la vegetación que hay alrededor del vaso -diente de dragón- desplazándose a continuación, como una especie de tsunami, al jardín que hay frente a la sede de Los Mirenos donde levantaron una loseta de caucho del jardín infantil. Un vecino del edifico de al lado, que presencio los hechos, llamó con su móvil a la Policía Local.... pero no obtuvo respuesta.
Hace dos semanas, otro grupo de jóvenes rompía algunas ventanas del Almacén Municipal de Obras y causaban destrozos en otra nave situada al lado. Me informan que un par de días antes, otro grupo de jóvenes estuvo en la fuente rompiendo las luminarias dando golpes con las botas de fútbol -venían de hacer deporte- y que una vecina, con poco éxito, les llamó la atención. Me cuesta entender estos vandálicos comportamientos entre jóvenes que en absoluto tienen necesidad ni motivos para disfrutar destrozando lo público. ¿Donde estamos fracasando para que se den, con cierta frecuencia, este tipo de actos sin sentido?
La solución, en este y otros casos similares, pasa por valorar económicamente los daños causados -que en este caso son cuantiosos ya que este tipo de luminarias de leed son caras- y que los paguen como antídoto para evitar comportamientos tan poco cívicos y tan gravosos para la maltrecha economía municipal. Es necesario que estos chicos conozcan el valor de las cosas. Porque la crisis, no solo es económica: tan grave, o más, es la ausencia de valores en esta sociedad.
De esta forma, empezarían a respetar lo ajeno. Una cosa que tenía que ser sagrada, se ha convertido en peligroso hábito. Por lo tanto, no debemos escatimar medios para salvaguardar los bienes del municipio ya que su reposición nos cuesta a todos mucho dinero. No podemos permitir que esto se generalice. La gente tiene motivos más que suficientes para estar cansada y harta de tantos robos, ruidos, molestias, atracos y actos vandálicos y, sobre todo, de la poca eficacia, por parte de los poderes públicos, en dar soluciones a unos problemas muy concretos que cada día van en aumento.
Por otra parte, y siendo el Alcalde responsable de la Policía Local, le recomiendo pues que se tome con más ahínco que lo viene haciendo, -me consta que no es ajeno- las medidas humanas, técnicas y materiales para mejorar la seguridad ciudadana y deje para los técnicos de "Obras y Servicios" asuntos de segundo o tercer orden, como es la reposición del agua del estanque de La Toconera con el fin de evitar que los patos ....mueran de sed.
Visto lo visto, ha dado la sensación que salvar a los patos era el único problema que nos acucia a los caudetanos cuando ha aparecido en prensa y delante de las cámaras, "a pié de obra", osea, al lado del estanque, dando a entender que "de no ser por su decidida actuación, a estas horas no quedaban patos en La Toconera". Y a lo mejor ¡es cierto!. Me ha recordado la película de Steven Spielberg, que obtuvo un oscar a la mejor dirección, "Salvar al soldado Ryan"
La oposición denuncio hace unos días la precaria situación de estos animales. ¡Ya me conformaría con que, en otro tipo de ruegos o denuncias, el Alcalde reaccionara con tan solo la décima parte de celeridad que lo ha hecho en esta ocasión con los patos! Otro gallo nos cantaría. Feliz fin de semana a todos.
Hace dos semanas, otro grupo de jóvenes rompía algunas ventanas del Almacén Municipal de Obras y causaban destrozos en otra nave situada al lado. Me informan que un par de días antes, otro grupo de jóvenes estuvo en la fuente rompiendo las luminarias dando golpes con las botas de fútbol -venían de hacer deporte- y que una vecina, con poco éxito, les llamó la atención. Me cuesta entender estos vandálicos comportamientos entre jóvenes que en absoluto tienen necesidad ni motivos para disfrutar destrozando lo público. ¿Donde estamos fracasando para que se den, con cierta frecuencia, este tipo de actos sin sentido?
La solución, en este y otros casos similares, pasa por valorar económicamente los daños causados -que en este caso son cuantiosos ya que este tipo de luminarias de leed son caras- y que los paguen como antídoto para evitar comportamientos tan poco cívicos y tan gravosos para la maltrecha economía municipal. Es necesario que estos chicos conozcan el valor de las cosas. Porque la crisis, no solo es económica: tan grave, o más, es la ausencia de valores en esta sociedad.
De esta forma, empezarían a respetar lo ajeno. Una cosa que tenía que ser sagrada, se ha convertido en peligroso hábito. Por lo tanto, no debemos escatimar medios para salvaguardar los bienes del municipio ya que su reposición nos cuesta a todos mucho dinero. No podemos permitir que esto se generalice. La gente tiene motivos más que suficientes para estar cansada y harta de tantos robos, ruidos, molestias, atracos y actos vandálicos y, sobre todo, de la poca eficacia, por parte de los poderes públicos, en dar soluciones a unos problemas muy concretos que cada día van en aumento.
Por otra parte, y siendo el Alcalde responsable de la Policía Local, le recomiendo pues que se tome con más ahínco que lo viene haciendo, -me consta que no es ajeno- las medidas humanas, técnicas y materiales para mejorar la seguridad ciudadana y deje para los técnicos de "Obras y Servicios" asuntos de segundo o tercer orden, como es la reposición del agua del estanque de La Toconera con el fin de evitar que los patos ....mueran de sed.
Visto lo visto, ha dado la sensación que salvar a los patos era el único problema que nos acucia a los caudetanos cuando ha aparecido en prensa y delante de las cámaras, "a pié de obra", osea, al lado del estanque, dando a entender que "de no ser por su decidida actuación, a estas horas no quedaban patos en La Toconera". Y a lo mejor ¡es cierto!. Me ha recordado la película de Steven Spielberg, que obtuvo un oscar a la mejor dirección, "Salvar al soldado Ryan"
La oposición denuncio hace unos días la precaria situación de estos animales. ¡Ya me conformaría con que, en otro tipo de ruegos o denuncias, el Alcalde reaccionara con tan solo la décima parte de celeridad que lo ha hecho en esta ocasión con los patos! Otro gallo nos cantaría. Feliz fin de semana a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario