Si se fijan bien, verán que la mitad de los que están sentados en la fuente de la Plaza del Carmen son villeneros y la otra mitad caudetanos. Vicente, Gastón y Pepe y por el otro bando Miguel, el Dono y Pepe López. La foto la hice el 23 de abril del 2008. Habíamos constituido una peña gastronómica algo informal... pero peña. La sede social la teníamos registrada en el Bar de "Los Mirenos". Invitábamos a comer a muchos amigos: Gastón, Ramón el cura, Pedro Sánchez Algarra... y a todo el que viniera en son de paz, con buen "saque" y amante de la tertulia. Y, sobre todo, que le gustara cantar en los postres, claro.
El "alma mater" del grupo era Vicente Beneito. ¡Todo un personaje!: respetuoso con todo el mundo, alegre y, sobre todo, buen amigo. Había abierto una tienda de ropa en un rincón de la plaza y, desde el principio, se hizo con todos nosotros. Nos cautivó, ya digo, su talante abierto, cordialidad y su campechanía. Siempre tenía un chiste o un chascarrillo que contarte. Las penas, que las tendría como todo hijo de vecino, se las guardaba para él. Lo solía acompañar Pepe, marido de la chica que tenía de dependienta en la tienda.
Me llamaba la atención, lo bien que se llevaban Pepe -creo que su madre es caudetana- y Vicente, a pesar de las divergencias ideológicas que los situaba en las antípodas. Era admirable aquella relación. No hay nada mejor que, entre las personas, reine el respeto. Aquel día invitamos a comer a Gastón Segura Valero al que por cierto, hubo que llevarlo a su casa a media tarde abandonando el terreno por fuera de juego. Creo que a todos nos unía más la música y la "charraica" que el arroz. Cada vez le tocaba proponer a uno el menú, con quince días de antelación. Pagábamos la fiesta a escote, ya que con este sistema no hay nada caro. Vicente había propuesto, para esa ocasión, "arroz con pata".
Carmen tenía, y sigue teniendo, una mano extraordinaria para el gazpacho y el arroz. ¡Y lo que le encargues! Recuerdo que Gastón nos dijo que era muy amigo del cantautor Javier Krahe. Acordamos invitarlo -hubiera sido todo un lujo tenerlo entre nosotros- a comer en la Plaza del Carmen. Llevábamos muchos proyectos entre manos, como redactar unos estatutos para darle "seriedad" a un grupo tan heterodoxo, pero con futuro.
Por culpa de la crisis, que por aquellos entonces empezaba a despuntar, Vicente tuvo que cerrar la tienda. Aquello, créanme, fue una tragedia. Descubrimos, aunque ya lo intuíamos que, sin él, no sabríamos organizarnos como así ocurrió. Todo el "tinglao" gastronómico-literario-musical que llevábamos entre manos, se vino abajo. La Plaza se quedó a oscuras. Sin alegría. No les miento si les digo que no es la misma sin la presencia de este extrovertido y simpático empresario villenero.
La peña, sin él....¡tampoco fue lo mismo! Habíamos perdido un miembro vital. No nos recuperamos del golpe y tuvimos que darla de baja del Registro Mercantil. Como dice Georges Brassens en la canción "La Tormenta", todos estamos esperando a que "escampe y vuelva el buen tiempo" que permita, a Vicente, abrir una nueva tienda en la Plaza o donde sea y, a nosotros, volver a disfrutar de su amistad y poner en marcha lo que por culpa de la crisis se quedó en la cuneta: una peña gastronómica "Caudetana&Villenera".
Hay que ser optimistas. Me ha dicho Vicente que despues de Fiestas vamos a quedar un dia en Los Mirenos para comer y recordar viejos tiempos. Saludos, querido amigo.
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