Debe ser que nos hemos hecho mayores y hay cosas que los de mi generación no acertamos a entender. Por ejemplo, la celebración de una fiesta y sus efectos colaterales -suciedad- que dejan los recintos donde se celebran, como si hubiera pasado Atila. Cuando nosotros teníamos esa misma edad ...nos divertíamos y bebíamos de lo lindo. Desde Noé, esta visto que eso de emborracharse es consustancial con la naturaleza humana. Bebíamos. ¡Claro que bebíamos! sobre todo cubatas. Cerveza, vino.... Pero, puedo asegurarles que no se nos ocurría, ni por asomo, tirar el vaso ni la botella al suelo como se aprecia en las fotos del festival de música punk-rock que se celebró en Villena entre el pasado 15 y 17, aunque la fiesta la hubiéramos organizado al aire libre. Y menos mal que la prensa ha catologado este Festival de ecológico debido a que en la barra principal se instaló un punto de reciclaje donde los asistentes recibían dos monedas por valor de una consumición cada vez que entregaban 25 vasos de plástico. ¡No quiero ni pensar como hubiera quedado el paisaje si esta novedosa -o clásica- medida ecológica no se hubiera aplicado!. Hay que recurrir a la originalidad para no ensuciar tanto. Por algo se empieza. Pero, no nos equivoquemos: en todos los lugares el comportamiento no es igual de sucio y tan perjudicial para el entorno y los vecinos. ¡Ni parecido!. Hace como unos seis años, en Chicago estaba actuando un grupo cubano al aire libre en un parque, al lado de donde Frank Gehry construyó un espectacular escenario con una estructura silmiiar al Guggenheim de Bilbao. De pronto se puso a llover y en unos minutos desaperecieron las mas de dos mil personas que había sentadas en el cesped. Me llamó la atención que en el suelo ha había ni un papel. Las papeleras estaban llenas. Un ejemplo similar pude presenciar una noche en un parque público de Viena. Pero..¿ acaso somos nosotros distintos? Me temo que si. En Villena, en Sevilla -aquí alentado por su alcalde-, en Valencia o en la calle Mayor de mi pueblo presenciamos panoramas muy parecidos.... que han sido bautizado como botellones.
En la calle Mayor, el día 6 de septiembre, entre las siete y las once de la noche, un grupo de jóvenes se juntan para presenciar un desfile con el suficiente acopio de material etílico para aguantar las cuatro horas que dura la fiesta. Nada de una poca mistela y unas pasticas. Nada de eso. ¡Carros de Mercadona llenos de bebida!. A los vecinos..¡que les den por saco!. Y ..¿las autoridades? Como el Alcalde de Sevilla: todos contentos para no molestar la diversión de los chicos. Lo que no se atreven a hacer en la puerta de sus casas, lo hacen, sin ningún tipo de complejos, en la del vecino. Y con derechos. No se cortan ni con un cristal. Cuando finaliza el desfile, la fotografía de este tramo de la calle Mayor es similar a como quedó hace unos días el recinto de Villena. Me hago cargo que en el fragor de la diversión, al joven le resulte complicado buscar una papelera donde depositar un vaso o una botella vacia. Digo yo que será para no perder tiempo ni la atención de lo que ocurre en el escenario. Una legión de barrenderos tiene que acometer la tarea de limpieza del recinto al día siguiente. Bueno. Por lo menos generan trabajo. Pero una cosa esta clara: esta gente no sabe divertirse sin ensuciar. Y eso tiene nombre.
La tormenta de esta tarde nos ha dejado la fotografía de estos tres nogales en la rambla del Molino que mas bien parece el caude del rio Jucar.
Se trata de agua pluvial que no entra a la depuradora.
El colector general que recoge las aguas que van a la Depuradora es totalmente insuficiente. Desde la antigua hasta la puerta de la nueva Depuradora, mas de cinco tapas de registro se levantaban para dejar salir el agua de lluvia mezclada con las aguas fecales. La cosa requiere su estudio para tratar de evitar las molestias que ocasionan.
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