Les traigo esta carta que ayer recibí en mi correo electrónico para que analicen el derroche de ingenio y de humor que algunos aplican ante la situación que se avecina. Lo de las sartenes no tiene desperdicio. Que disfruten leyéndola con el convencimiento de que, al menos, a los funcionarios les hará más llevadero el día y …¡la cruz! La carta dice así:
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«Muy señores míos:
Por la presente, lamento comunicarles que he decidido pagar un 5% menos en el recibo mensual de la hipoteca que tengo con su Banco. Ha sido una decisión difícil …. ¡muy difícil y dolorosa!, pero me es imprescindible “recortar gastos” para intentar salvar mi economía particular y reducir mi déficit.
En situaciones como ésta … ¡es cuando todos debemos arrimar el hombro!, por lo que les pido comprensión y solidaridad.
Al fin y al cabo yo, como el resto de ciudadanos, colaboré en su día en la inyección de liquidez que ustedes recibieron para salvar el Sistema Financiero.
En realidad, me he visto forzado a tomar esta decisión porque mis padres, al ver el saldo de mi cuenta corriente, temen verse en la obligación de dejarme dinero y ustedes, como banqueros que son, saben mejor que nadie que no tiene sentido poner capital si no es para conseguir pingües beneficios.
Me he informado y sé que es lícito tomar este tipo de decisiones de forma unilateral y sin previa negociación (hay precedentes: ver declaraciones del Presidente del Gobierno D. José Luis Rodríguez Zapatero en el Parlamento el pasado 12 de mayo).
Aprovecho la ocasión para comunicarles que ya dispongo de suficientes sartenes y no necesito que me regalen ninguna más.
Atentamente,
Un funcionario hipotecado. »
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«Muy señores míos:
Por la presente, lamento comunicarles que he decidido pagar un 5% menos en el recibo mensual de la hipoteca que tengo con su Banco. Ha sido una decisión difícil …. ¡muy difícil y dolorosa!, pero me es imprescindible “recortar gastos” para intentar salvar mi economía particular y reducir mi déficit.
En situaciones como ésta … ¡es cuando todos debemos arrimar el hombro!, por lo que les pido comprensión y solidaridad.
Al fin y al cabo yo, como el resto de ciudadanos, colaboré en su día en la inyección de liquidez que ustedes recibieron para salvar el Sistema Financiero.
En realidad, me he visto forzado a tomar esta decisión porque mis padres, al ver el saldo de mi cuenta corriente, temen verse en la obligación de dejarme dinero y ustedes, como banqueros que son, saben mejor que nadie que no tiene sentido poner capital si no es para conseguir pingües beneficios.
Me he informado y sé que es lícito tomar este tipo de decisiones de forma unilateral y sin previa negociación (hay precedentes: ver declaraciones del Presidente del Gobierno D. José Luis Rodríguez Zapatero en el Parlamento el pasado 12 de mayo).
Aprovecho la ocasión para comunicarles que ya dispongo de suficientes sartenes y no necesito que me regalen ninguna más.
Atentamente,
Un funcionario hipotecado. »
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Joaquín Medina Íñiguez
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