De la efímera belleza de la flor silvestre. Un espectáculo para nuestros sentidos... que pasa desapercibido la mayoría de veces.

 No. No solo de política vive el hombre. Este mes, y sobre todo el que viene, se le conoce como "el mes de las flores". Debido a la nieve y a las intensas lluvias caídas este otoño, las flores silvestres abundan por todas partes, sobre todo en ribazos y cunetas de caminos y carreteras. Esta eclosión de belleza ya ocurrió en la primavera del 2010 y 2011. 

   El campo parece que lo han decorado como para celebrar una boda. Lo malo es que nuestro "divorcio con la naturaleza" ha sido, y es, tan traumático, que no nos deja tiempo para disfrutar de una cosa tan sencilla y beneficiosa para nuestra atribulada alma. Lo que nos perdemos... ¡por no estar atentos a lo que ocurre a nuestro alrededor!

Entre ellas destacan en colorido y curiosas formas geométricas de gran belleza. Belleza.... que es efímera. Como todo en este mundo. Incluido nosotros, los humanos. Pero ahí las tienen ustedes...rivalizando entre ellas, intentando destacar e impresionar para cautivarnos. Más o menos, como hacen los partidos políticos aunque cada vez con menor éxito.

 No conozco el nombre de la mayoría de ellas. La próxima vez contactaré con mi amigo el biólogo Joaquin López Gimenez, profesor del IES "Rafael Requena", para que me diga sus nombres y alguna cosa más de esta eclosión de belleza como, por ejemplo, por qué unos campos tienen las flores rojas, otros amarillas y otros blancas... y de qué depende.

El ritmo cubano de esta canción de Malendi 
es el apropiado para contemplar estas flores.