El encaje de bolillos esta de moda y cada vez tiene más adictas. Las clases de bolillo se iniciaron en Caudete, hace 15 años en la Universidad Popular con Mª Jesús Llacer Gómez como profesora. En este encuentro se les ha sumado el primer seguidor: Pedro Jorge Mollá, Licenciado en Bellas Artes y que tambien ha realizado un Master en Restauración y Conservación de Bienes Culturales. Me contaba Pedro que en Londres -donde ha estado trabajando dos años- y entre los jóvenes, "esta de moda realizar este tipo de trabajos en algunos locales".
"Conocer los entresijos de este oficio -me dijo- me vendrá muy bien a la hora de actuar en la conservación del manto o cualquier otra prenda de una Imagen". Lo cierto es que su presencia en La Sala haciendo encaje de bolillos -iniciaba un separador de hojas de libro- no pasó desapercibida mientras que los maridos de algunas bolilleras allí presentes, permanecían ociosos y de cháchara. ¡Bien por Pedro!
Se trataba del séptimo encuentro de bolilleras y se habían dado cita más de 150 personas de 14 pueblos: Albacete, Puerto de Sagunto, Villena, Almansa, Novelda, Agost, Bañeres, Munera... No cabe duda de que este viejo y popular oficio, que ahora se utiliza como hobby, esta en alza. Hace dos semanas en un encuentro en Albacete se dieron cita 500 bolilleras. Pude comprobar como trabajaban las mujeres el hilo, con técnicas muy distintas, como "duquesa", "fribolité", "ganchillo"...aunque el bolillo era la más dominante. La habilidad y rapidez en el manejo de los bolillos de una señora de Alicante llamaba la atención.
Hacer "encaje de bolillos" no solo es una frase hecha que se refiere a "realizar una tarea delicada, dificil y complicada" en cualquier actividad humana. Incluída la política. El Alcalde es lo que intenta desde el Pleno de Investidura. Y mal porvenir -político me refiero- tiene si no aprende. Es también un oficio en deshuso y, desde hace unas décadas, una afición por recuperar tradiciones antiguas que cada vez cuenta con más adeptas y que si hasta ahora se transmitía de madres a hijas, hoy en día se aprende en los cursillos que organizan las Universidades Populares y otros organismos relacionados con las Concejalías de la Mujer, cursos que cada vez son más demandados.
Una almuhadilla, alfileres, hilo (lino, seda, lana o algodón fino o grueso) una lámina con el diseño elegido, tener las manos agiles y sobre todo paciencia, son los ingredientes necesarios para realizar un bordado a base de bolillos. Me contaba ayer una de las paticipantes que hacer encaje de bolillo “es un excelente ejercicio para quitarte el estrés de encima. Te pones delante de la almohadilla y se te olvidan todos los problemas”.
Consultado el Diccionario les diré que el encaje de bolillos "es una técnica textil consistente en entretejer hilos enrollados en bobinas, llamados bolillos, para manejarlos mejor. A medida que progresa el trabajo, el tejido se sujeta mediante alfileres clavados en una almohadilla. La posición de los alfileres vienen determinados por un patrón de agujeros en la almohadilla".
La bolillera más agil y rápida es esta señora de Alicante.
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