Hace unas
semanas presente la renuncia al Alcalde a pertenecer a la Junta Local de
Gobierno y le devolví las concejalías de Medios
de Comunicación y Participación Ciudadana. Escribí varios artículos en
prensa para dar a conocer las razones y
motivos de mi decisión a no pertenecer a
un equipo de gobierno cuyas formas y maneras de llevar la cosa pública son manifiestamente mejorables y que funcionan de forma parecida a como
lo hace una fábrica: por una
parte los que mandan y por otra los que hacen fotocopias.
Me
faltaba dar explicaciones de mi
renuncia en el medio que mas llega a los caudetanos: la televisión. Llamé al operario para grabar.
Para hacer un comunicado breve, claro y
conciso preparé un guión ya que se trataba de dar a conocer una decisión política importante. Pero cual fue mi
sorpresa cuando dos días más tarde pude comprobar que la información que habíamos
gravado estaba manipulada. Lo que quería
trasmitir, entrecortado, no acababa de llegar de forma nítida al ciudadano. Quedaba claro que no era
producto de un desliz o error informático. Hablé con quien había gravado. Por
lo que me dijo, no creo que de motu propio
se atreviera a manipular un comunicado de tanta trascendencia.
Intenté
averiguar que había ocurrido. Llamé a la
responsable de la limpieza del Ayuntamiento. Me juró que ella no sabía nada. Sospeché
en un principio de Estarellas pero rápidamente
lo descarté porque eso de manipular no va con su estilo y forma de entender la
política. Hasta incluso pensé en la
intermediación de quien hace las veces de asesor personal del Alcalde. Desde
que dejé la concejalía de Medios de
Comunicación el responsable de la Comunicación, de momento, es el Alcalde.
Por lo tanto y mientras no se demuestre lo contrario es a quien responsabilizo
de manipulación informativa. No sé que puñetas tienen los despachos de Alcaldía que tienden
a trasformar a quienes los ocupan. Pocos
se han librado de este influjo. Desde la
calle lo que primero detecta el
ciudadano es si las maneras y las formas de gobernar el pueblo
son las adecuadas. Siempre ocurre lo mismo: aquí y allá se tiende a
confundir lo público con lo privado. La decisión de distanciarme de estos
mandamases esta más que justificada. No
han perdido el tiempo. La primera….. en la frente.
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