La crisis lo va a trastocar todo. Hemos ido muy rápidos y ahora tenemos que hacer “parada y fonda” para reciclarnos y ver de amoldarnos a la situación. Este mes se cumplen cinco años del inicio de una película de la que nadie nos avisó que el final era truculento. Y si alguien dijo algo lo dijo de forma que no se le oyó o tal vez no quisimos escucharlo.
Hace tan solo siete u
ocho años había lista de espera para
comprar coches de alta gama. De los móviles de última
generación ni les cuento. Fue una revolución … ¡muy cara! por cierto. La
demanda era tanta que las fábricas no daban abasto a elaborar los productos que
consumíamos. Los préstamos nos los daban
los directores de Bancos y Cajas de un día para otro, corriendo y con escasas garantías. Consumíamos y gastábamos lo que no esta escrito como si
nunca se fuera a acabar la materia prima.
Que ironía aquel debate vísperas de
las Elecciones Generales entre Solbes y Pizarro en el que el Ministro
de Economía se mofaba de su rival diciéndole que era un alarmista ya que la
cosa iba tan bien que hasta era muy posible que, en caso de morir, moriríamos
de felicidad.
Me ha llamado la atención un cartel
que he visto colgado por varios sitios que
dice “compro tractor o mula mecánica”
y que refleja el triste epílogo de una situación que fue boyante y que hoy es insostenible para muchos, agravada recientemente por los ajustes propuestos por Rajoy. Quien ha colgado los carteles, busca tractor
o mula mecánica para hacer producir
un bancal que, seguramente le dejó su padre en herencia. Sin trabajo en la construcción se ha dado
cuenta de que a la tierra todavía le va a poder sacar partido. Hemos retrocedido nada menos que 50
años.
En la década de los setenta -incluso antes- todos los hijos
de agricultores cambiaron la vertedera por la talocha. La cosa fue muy bien
hasta que se torció por falta de control y de que manera. A partir de ahora comeremos
patatas si nos las plantamos, las regamos y por la noche
las cuidamos para no llevarnos una sorpresa
al día siguiente. El robo, la
otra cara de la crisis. Y en aumento.
A Salvador Amorós no le esta afectando tanto esta crisis porque desde
hace años llena la despensa cultivando
un pequeño trozo de tierra que tiene al lado de la carretera de Villena, más
arriba de la Ermita. Aquí le vemos
en plena faena preparando la tierra para plantar simiente. Siempre me llamó la
atención su amor a la tierra y su
particular forma de dirigir a su escuadra por la calle las Eras. Lleva muchos años sacándole rendimiento a esta
pequeña huerta. Si en un principio lo hacía para no aburrirse, ahora es por
pura necesidad.
La cosa, repito, ha venido a menos por culpa de unos y de otros… por
exceso de confianza… de imprevisión…de derroche… de cara dura de muchos políticos
y banqueros. No todos, porque no es bueno generalizar.
Pero lo cierto es que la cosa,
repito, ha cambiado tanto que
empiezan a cotizarse los tractores y las “mulas mecánicas”. Esperemos que las medidas económicas para
ahorrar 65.000 millones de euros sean
un acierto. Las malas lenguas dicen que vamos en dirección contraria ya que los
padres de la patria tenían que haber empezado dando ejemplo reduciéndose ellos
el sueldo, eliminándose prebendas, coches oficiales y privilegios. Como no se corrija la situación
con estas medidas, es muy posible que se disparen
hasta las nubes … hasta el precio
de las mulas mecánicas
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