El artículo que hay mas abajo lo
escribí en marzo de 2009. Consideré que
era una buena ocasión para rememorar aquel abril que tantos cambios políticos
nos dejó. Llamé a Pedro Sánchez Algarra y a Vicente Lillo López y alrededor de
una mesa del Lengüetero me contaron sus experiencias como Alcaldes: Pedro en el
final de la transición y Vicente el
inicio de una etapa democrática. Los dos se sentían satisfechos de haber pasado
por la calle Mayor y los dos tenían
anécdotas muy interesantes. Quedamos en volver a juntarnos para hacer un
artículo de esos hechos que solo se pueden contar cuando las heridas han
cicatrizado. Un día de estos lo mismo
quedamos y si los pillo con ganas el artículo podría ser muy interesante. Al
haberlo recuperado-lo tenía extraviado- he traído el artículo a este lugar en
vez de colocarlo el último al considerar que todavía sigue vigente y de mucha actualidad.
PEDRO SÁNCHEZ ALGARRA ÚLTIMO ALCALDE FRANQUISTA
VICENTE LILLO LOPEZ EL PRIMERO DEMOCRÁTICO
Se cumplen este mes de abril de
2009 30 años de trayectoria
democrática en los Ayuntamientos. A
la muerte de Franco, España
emprendía, en palabras de Javier Rupérez, “una
de las épocas mas creativas, imaginativas y fructíferas”, como fue la Transición, camino que no fue nada
fácil de realizar pero que culminaría un 16
de abril de 1979 con la constitución de
Ayuntamientos, como el nuestro, cuyos ediles eran elegidos por los
caudetanos 13 días antes. El art. 140 de
la Constitución española, aprobado el año anterior, decía:…. “los concejales
serán elegidos por los vecinos del municipio mediante sufragio universal,
igual, libre, directo y secreto, en la forma establecida por la ley y los
Alcaldes serán elegidos por los Concejales."
Desde la Guerra Civil hasta ese día, los Alcaldes eran nombrados directamente por el Gobernador Civil, independientemente de los concejales que a partir de 1952 serán elegidos por el sistema de tercios. Este sistema establecía la renovación de una parte de los concejales cada 4 años correspondiendo un tercio al sector sindical (agricultores y ganaderos afiliados a la Hermandad Sindical del Campo) otro tercio (familiar) elegido por las cabezas de familia de la localidad. El último tercio era elegido por los representantes de entidades económicas, culturales y profesionales. Cuando se producía una renovación de concejales el Alcalde nombraba a los Tenientes de Alcalde y las Comisiones entre ellos. La primera mujer que se presento en una lista (por el tercio familiar) fue en el año 1974: Francisca Pérez Navarro, más conocida por “Paca la Lirona”. Por cierto: no resultó elegida. Hace 30 años la mujer, no tenía la consideración ni el peso político de la que hoy disfruta. Lo que ahora vemos normal era entonces una excepción.
Desde la Guerra Civil hasta ese día, los Alcaldes eran nombrados directamente por el Gobernador Civil, independientemente de los concejales que a partir de 1952 serán elegidos por el sistema de tercios. Este sistema establecía la renovación de una parte de los concejales cada 4 años correspondiendo un tercio al sector sindical (agricultores y ganaderos afiliados a la Hermandad Sindical del Campo) otro tercio (familiar) elegido por las cabezas de familia de la localidad. El último tercio era elegido por los representantes de entidades económicas, culturales y profesionales. Cuando se producía una renovación de concejales el Alcalde nombraba a los Tenientes de Alcalde y las Comisiones entre ellos. La primera mujer que se presento en una lista (por el tercio familiar) fue en el año 1974: Francisca Pérez Navarro, más conocida por “Paca la Lirona”. Por cierto: no resultó elegida. Hace 30 años la mujer, no tenía la consideración ni el peso político de la que hoy disfruta. Lo que ahora vemos normal era entonces una excepción.
El último Alcalde caudetano elegido
por un Gobernador Civil de Albacete (Moisés
Arrimada Estevan, un 4 de febrero de
1971) fue Pedro Sánchez Algarra (con 29
años) siendo su último equipo de
concejales Vicente Galdón Maestre
(industrial), Francisco Albertos Conejero (enólogo), Vicente Belda López
(agricultor), Juan Bañón Medina (maestro), Luis Sánchez Berenguer (industrial),
José Herrero Sánchez (constructor), Mª Carmen Puche Sánchez (ama de casa),
Salvador García Ortega (agricultor) y Francisco Carrión Díaz (carnicero).
Contó con el aplauso caluroso y unánime del último equipo de gobierno que, de alguna manera, ponía fin a una época y estilo de hacer política. Además de los agradecimientos, el Acta recoge todas las obras que se habían realizado a lo largo de la década de los 70, obras que habían impulsado un cambio social y económico en Caudete como era la instalación y puesta en funcionamiento de la red de agua potable, el alcantarillado público, el asfaltado de muchas calles y un alumbrado mas que aceptable para aquellos años. También hacia mención al apoyo que habían dado al desarrollo industrial dando cobijo a empresas como Hispatex, Hilaturas Caudete, Moldeados del Caucho, Torcidos y Fantasías y alguna más.
El final del franquismo coincidió en
Caudete con un profundo cambio social y económico: pocos años antes una
agricultura familiar poco rentable daba paso al desarrollo de una incipiente industria local y al abandono
del campo por los jóvenes a cambio del destajo
en la construcción (sobre todo en el
yeso) y el transporte
convirtiéndose la población en una ciudad
dormitorio al tener que salir muchos paisanos fuera del pueblo, a la costa
sobre todo, en busca del jornal. Volviendo al cambio político, la última
sesión convocada por Pedro, el 16 de abril, se celebraba para
aprobar el Acta de la que
acabo de hacer mención.
Tres días más tarde se constituía el nuevo
Ayuntamiento democrático. La mesa de
edad estuvo compuesta por Miguel
Camarasa, el concejal de mas edad, y por el mas joven Andrés Navarro que fueron los encargados de controlar la votación
para la elección del nuevo Alcalde entre
cuatro candidatos: Miguel Camarasa
(por el PSOE), Andrés Navarro (por el
PCE) Vicente Lillo (por UCD) y Manuel Amorós Herrero (por CD). La votación arrojó un empate a cinco
votos entre Vicente Lillo y Miguel
Camarasa (el representante del Pce daba su
voto al Psoe) resultando elegido
primer Alcalde democrático de Caudete Vicente
Lillo, con 33 años, al ser el número
uno del partido mas votado. El resto de
concejales que componían esta primera
Corporación Democrática eran: Rosario
Díaz Núñez, Daniel Requena Ruiz, José Bordallo
Amoros y Miguel Camarasa del Psoe;
José Serrano Conejero, Salvador Párrizas
Gallur, Mª Carmen Fillol Serrano y Jesualdo
Roldán García de UCD; Alfonso Játiva Panadero, Manuel Amorós y
Francisco Llorens de CD y Andrés Navarro del Pce.
Pepe “Claveles” fue concejal en la época fraquista.
Desde un Salón de Plenos repleto de
gente, el primer Alcalde democrático
pronunciaba un breve y emocionado discurso en el que solicitaba …”la colaboración de todos los caudetanos en general y la de los
señores concejales en especial para llevar a buen puerto la nave de la
administración de nuestro pueblo”… ofreciéndose “a ser Alcalde de todos y no solo de los que le habían votado”, fórmula que ha venido repitiéndose en los
siguientes siete Plenos de Investidura. Es necesario hacer constar el entendimiento y
colaboración que reinó en esa primera Corporación, colaboración que se
materializó, entre otros, en un acuerdo
entre los trece ediles que consistía en dejar el sueldo del primer año para la compra de la Plaza de Toros, en estado ruinoso. El sueldo de concejal no era muy alto pero entonces…. ¡dio mucho de
sí! Es de alabar aquel talante conciliador
de nuestros primeros ediles democráticos!
Como resulta que Pedro le había dicho al propietario de la Plaza (un alicantino llamado Emilio) que no podría salirse con su pretensión de demolerla para construir viviendas y Lillo no cambio de opinión, el tal Emilio llegó a la conclusión de que lo mejor era ofrecérsela al Ayuntamiento al precio que a él le había costado: alrededor de un millón de las antiguas pesetas. La Plaza se inauguraría por segunda vez el año 1985, víspera de fiestas, con una corrida retransmitida en directo por TV1. Este coso taurino, construido 68 años antes por Paco Albalat, en vez de llamarse “Las Arenas”, a mi juicio y tras lo expuesto, bien debería conocérsele por Plaza de Toros “El Consenso” en homenaje a un gesto loable, además de recordatorio para futuras generaciones en la que representantes de los cuatro partidos alcanzaron acuerdos muy beneficiosos para todos.
Hay cosas que no cambian gobierne quien gobierne y por
mucho tiempo que pase. La fidelidad y
la lealtad al sistema o régimen, partido o
jefe …¡siempre tuvo sus recompensas!
Ocurría en la antigua Roma
entre los partidarios de Mario y su
rival Sila. Otro ejemplo mas
reciente, en el siglo XIX, entre los
adeptos al conservador Antonio Cánovas
o los liberales seguidores de Mateo
Sagasta. Es consustancial con la naturaleza humana el arrimar el ascua a tu sardina. La pregunta del
millón ahora y siempre es la misma: ¿quién
controla al controlador?
Si una de las mejoras de la Democracia respecto al anterior sistema
político ha sido la “trasparencia”, la
“participación ciudadana” y la incorporación de la mujer a la policía activa, la parte negativa la
encontramos en la excesiva burocracia que se ha generado en los
Ayuntamientos en estos 30 años así
como el espectacular incremento del personal al servicio de la función pública contratados
en, muchas ocasiones, de la misma forma que los Gobernadores Civiles elegían
antes a los Alcaldes y, sobre todo, el extraordinario incremento de los
Presupuestos Municipales. Analicemos, aunque
de forma somera cómo han evolucionado los números para mejor comprensión de este cáncer
en que se ha convertido la burocracia.
El último presupuesto de Pedro, que
apenas llegaba a 70.000 €, el de este año excede los 12,6 millones de euros. En 30
años, el Presupuesto Municipal… ¡se
ha multiplicado por 180! mientras
que la población solo ha aumentado el 25 %. La actual crisis económica debe hacernos recapacitar si vamos por el
buen camino y, en todo caso, que es lo
que tenemos que corregir para que no peligre el llamado estado del bienestar que tanto ha costado conseguir.
Con los funcionarios ha ocurrido tres cuartos de lo mismo: la última
Corporación de Pedro Sánchez se apañaba con solo 15 funcionarios que redactaban los
informes con unas cuantas “Olivettis”. Hoy en día, mas de 130
trabajadores al servicio de la Administración
Pública repartidos en distintos
edificios (funcionarios, personal laboral
y otras categorías) asistidos por medio centenar de ordenadores consumiendo toneladas
de papel, no consiguen agilizar los expedientes lo suficiente para que
el ciudadano llegue a sentirse
satisfecho por los impuestos que a cambio paga. En tan solo tres décadas hemos creado una maquinaria pesada, cara y lenta que
retrasa y ralentiza sin un motivo justificado la tramitación de asuntos,
situación que sumada al excesivo endeudamiento coloca a muchos Ayuntamientos y sobre todo a las Autonomías
en situaciones de verdadero agobio económico a pesar de la enorme presión
fiscal.
Sirva
este artículo de homenaje a las
protagonistas de aquel mes de abril del 1979. A todos: concejales salientes
y entrantes, y todos aquellos que con su
tiempo y sus desvelos colaboraron de forma efectiva y desinteresada en el
desarrollo cultural, económico y político
de Caudete dando un empuje para que
pudiera producirse el cambio de una forma que me atrevo a calificar de ejemplar.
Con el consenso de los tres grupos municipales será muy saludable, aparcando por un rato “sus” diferencias, festejar el 30
aniversario del triunfo de la Democracia. (Nota: como el horno no estaba para bollos, cada uno festejó
por su parte los 30 años de Democracia en los Ayuntamientos)
No hay comentarios:
Publicar un comentario