Hace 45 años Caudete era un pueblo agrícola con más de 1.000 carros censados y sus correspondientes caballerías. Tras una larga jornada en el campo, el agricultor metía la mula en la cuadra y el carro en el corral o en el porche. La calle ¡quedaba despejada y libre! para uso y disfrute del ciudadano. Con el tiempo, el carro fue dando paso a los vehículos con motor de explosión y las calles se convertían en aparcamientos. Todo desarrollo tecnológico... ¡tiene su parte negativa!
El inicio fue gradual: en cada casa había un solo coche. Cuarenta y cinco años después, en la mal denominada “sociedad del bienestar”, aparcar se ha convertido en un serio y grave problema de difícil solución. Caudete no ha quedado al margen. También es verdad que la cultura del coche ha cambiado nuestros hábitos y hemos olvidado desplazarnos en otro medio muy saludable y barato: la bicicleta. En muchos países de nuestro entorno (Holanda, Bélgica, Francia…) van por delante de nosotros: llevan dos décadas potenciando su uso.
Conscientes de la complicada situación de la movilidad, el Ayuntamiento encargó hace unos años un estudio a una empresa especializada para que aportara soluciones al ordenamiento del tráfico. Algo ha mejorado la cosa, pero no lo suficiente como para justificar los 24.000 € que costó la fiesta. Al no facilitarles planos actualizados, ocurrió que los técnicos de Madrid ordenaron el tráfico por algunas calles trazadas en la planimetría pero que en la realidad no existían.
Digo que algo ha mejorado la situación pero también es cierto que quedan todavía puntos negros por resolver como en la Avd. Virgen de Gracia a la altura de Villa Isabel, calle Las Moreras y las Eras en dirección a la calle Madrid, Santa Ana o San Joaquín son de doble dirección o las Jornetas a la altura de Mario Benedetti y Concha Espina en horario escolar, donde la cosa se complica al no haber orden ni concierto.
El otro problema es el aparcamiento. Se han ganado plazas al permitir aparcar en diagonal en calles anchas, como el Molino o la Zafra, a costa de reducir espacio urbano y perder la perspectiva y uso de la calle. También se han marcado aparcamientos en la Plaza del Carmen y calle Mayor. Las últimas, en la calle El Mercado, junto a la Policía Local. Hoy mismo se está desplazando unos metros la cabina telefónica de la calle el Mercado... para ganar otra plaza de aparcamiento.
El problema se complica, y mucho, en el Centro, donde en un reducido espacio (calle Mayor, Plaza del Carmen, el Mercado, Virgen de Gracia y Paseo Luis Golf) están situados la mayor parte de los servicios públicos que más utilizamos: Ayuntamiento, Notaría, Oficina de Empleo, Recaudación de Impuestos, el Mercado Municipal, la Policía Local, además de una docena de comercios y lugares de ocio.
Las quejas del ciudadano que se acerca a estos organismos, las de los comerciantes o las de los chóferes que abastecen a estos comercios están más que justificadas: el espacio para aparcar en el Centro es insuficiente. Desde que se prohibió en la Plaza de La Iglesia, la situación se ha complicado todavía más. A corto plazo, la supervivencia de los comercios del Centro tienen los días contados: no resulta fácil ni atractivo el acceso.
Los comerciantes ven como cada vez disminuyen más sus ingresos al buscar el ciudadano otras áreas con mejor movilidad. Aliviaría el problema poner zona azul limitando el tiempo (hora) y que se volviera a permitir estacionar en la Plaza de la Iglesia en horas de máxima actividad comercial, que suele ser por las mañanas.
El problema se complica, y mucho, en el Centro, donde en un reducido espacio (calle Mayor, Plaza del Carmen, el Mercado, Virgen de Gracia y Paseo Luis Golf) están situados la mayor parte de los servicios públicos que más utilizamos: Ayuntamiento, Notaría, Oficina de Empleo, Recaudación de Impuestos, el Mercado Municipal, la Policía Local, además de una docena de comercios y lugares de ocio.
Las quejas del ciudadano que se acerca a estos organismos, las de los comerciantes o las de los chóferes que abastecen a estos comercios están más que justificadas: el espacio para aparcar en el Centro es insuficiente. Desde que se prohibió en la Plaza de La Iglesia, la situación se ha complicado todavía más. A corto plazo, la supervivencia de los comercios del Centro tienen los días contados: no resulta fácil ni atractivo el acceso.
Los comerciantes ven como cada vez disminuyen más sus ingresos al buscar el ciudadano otras áreas con mejor movilidad. Aliviaría el problema poner zona azul limitando el tiempo (hora) y que se volviera a permitir estacionar en la Plaza de la Iglesia en horas de máxima actividad comercial, que suele ser por las mañanas.
Pero el Alcalde... ¡no está por la labor!. No poder aparcar cerca del Mercado Municipal es una de las razones por las que sólo quedan cuatro puestos abiertos. Parece como que el Ayuntamiento quisiera aburrir a los que todavía se mantienen en pie para que se vayan y así programar, en su lugar, otra actividad. Si no es así, créanme que…¡lo parece!
El hecho de que no se realicen obras de mantenimiento da pie a este tipo de especulaciones. La cubierta, por ejemplo, está en tan mal estado que el hastial de madera (observar la foto) que da al Paseo Luis Golf amenaza con desplomarse. Que tampoco se vea interés por alquilar los dos kioscos adosados al Mercado es otra prueba evidente de no querer potenciar el Centro. La suerte que tienen nuestros dirigentes es que el comerciante no “está unido en la defensa de sus intereses frente a la dejadez de algunos”.
Las entidades bancarias, previendo el problema, decidieron poner remedio: abandonaron la Plaza del Carmen. La mayoría de estas entidades se han instalado en la calle Alcalde Luis Pascual o muy cerca: Bancaja, Correos, Caja Murcia, CCM, CAM o la Caixa. El Centro, de momento, se ha desplazado un poco más al sur. Para salvarlo, el Centro requiere un estudio pormenorizado. Éste pasa por escuchar las propuestas de los afectados que son los que a diario más sufren la situación.
El hecho de que no se realicen obras de mantenimiento da pie a este tipo de especulaciones. La cubierta, por ejemplo, está en tan mal estado que el hastial de madera (observar la foto) que da al Paseo Luis Golf amenaza con desplomarse. Que tampoco se vea interés por alquilar los dos kioscos adosados al Mercado es otra prueba evidente de no querer potenciar el Centro. La suerte que tienen nuestros dirigentes es que el comerciante no “está unido en la defensa de sus intereses frente a la dejadez de algunos”.
Las entidades bancarias, previendo el problema, decidieron poner remedio: abandonaron la Plaza del Carmen. La mayoría de estas entidades se han instalado en la calle Alcalde Luis Pascual o muy cerca: Bancaja, Correos, Caja Murcia, CCM, CAM o la Caixa. El Centro, de momento, se ha desplazado un poco más al sur. Para salvarlo, el Centro requiere un estudio pormenorizado. Éste pasa por escuchar las propuestas de los afectados que son los que a diario más sufren la situación.
Joaquín Medina Íñiguez
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