“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
Horacio Verbitsky, periodista y escritor argentino
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sábado, 18 de marzo de 2017

"De como reacciona la juventud en estos tiempos tan agitados", por Óscar de Caso..... "Antes, tenían obligaciones; hoy parecen creerse con derecho a todo sin apenas contrapartidas ni sacrificios".

          Aprecio que en la juventud actual hay una tendencia a resolver los problemas de la vida diaria de modo individual y con un marcado sentido hedonista. En cierto modo es comprensible porque la mayoría de los jóvenes universitarios viven una situación privilegiada, respaldados por sus padres que son quienes asumen la carga de los problemas. Pero las soluciones individuales no afrontan la inseguridad global y general de todos.

          Recientemente se ha hecho un estudio sobre la juventud en toda Europa. Se trata de un estudio comparativo de la juventud actual con generaciones anteriores. Pues bien, las estadísticas demuestran que la juventud actual es menos ambiciosa, que esto de “abarcar más de lo que uno puede” no es la característica de esta generación.

          Segundo, es una juventud que ha perdido ciertos valores, pero al mismo tiempo es una juventud que cree mucho en la diversión, sí, muy hedonista. Visto desde fuera, diríase que prefieren aprovecharse de la vida en vez de construirla y construirse. Parecen tener un campo de acción más limitado, tienen grupos de amigos muy reducidos, crean pequeñas unidades y van avanzando a su manera…

          Lo que es interesante son los resultados estadísticos relativos a la pasividad-actividad. Solo un tercio responde afirmativamente a la pregunta de si aprovecharían la oportunidad, en los próximos quince o veinte años, de crear una industria o montar un bufete profesional
¡Sólo la tercera parte tiene una actitud dinámica! Lo cual denota una manifestación de sociedad pasiva: el origen, en buena medida, está en la comodidad; viven cómodamente, pueden ser pasivos porque tienen una familia que les respalda y soluciona los problemas. En otras palabras, se pueden permitir el lujo de la pasividad porque la generación anterior les ha dejado un campo muy trillado. Una economía desahogada.

          Hay otro factor que hay que tener en cuenta. Para bien y para mal, también perciben el desorden circundante y, admitámoslo, el caos no estimula a lanzarse. Así, entre que no tienen una verdadera necesidad y que tampoco se les ofrecen la motivación suficiente, deciden, pues, optar por la diversión, el botellón o el fanatismo deportivo. Creo que el espíritu de aventura y el riesgo han decaído profundamente.

          El hecho de que en el siglo XV cuando empezaron a lanzarse las naves al océano y a descubrir mundos, se embarcaba mucha gente. Campesinos, frailes misioneros, comerciantes y conquistadores. La mayoría no sabían ni lo que eran las Indias, y mucho menos dónde estaban, pero se iban a conquistar, a ver mundo, a enriquecerse, a evangelizar, a  lo que fuera. 

Ahora no se embarca nadie a nada. La excitación que produce el riesgo ha decaído.  Por lo que se refiere a la juventud española, la Guerra Civil (de esto no hay duda) fue la que definió a la juventud de entonces. Así pues, la actitud fundamental de aquella generación de la postguerra, fue la del rechazo, o la de dar la espalda a los modelos propuestos por la generación anterior y a su retórica de los grandes ideales.
         Por un lado surgió el existencialismo, aprendiendo a renunciar a los grandes por qués y a aprender a vivir sin fundamento, con una desesperanza tranquila, pero en busca de la seguridad profesional y familiar. Por otro lado, parte de la juventud de esa postguerra, rechazante de los grandes ideales y sentimientos se inclinó a la ayuda del necesitado, la solidaridad concreta, el socorro directo de uno a otro; en los hechos, y no en las palabras ni en “las buenas intenciones”.

          El desarrollo económico de las dos últimas décadas marca una generación motivada por el móvil e internet y contribuye a un falso optimismo de la individualidad y de autosuficiencia a corto plazo, pero muy desmotivada a largo plazo.

          Antes, tenían obligaciones; hoy parecen creerse con derecho a todo sin apenas contrapartidas ni sacrificios. Y para colmo les espera la trampa del consumismo que les tiende el sistema: gastar, consumir, acumular objetos… Todo se convierte en necesidad. Las cosas que antes se disfrutaban, hoy se necesitan.

         La oportunidad de ejercitar, o no, nuestro talento personal depende en gran parte de la motivación o desmotivación del entorno. No tengo dudas de que el gran cambio debe de darse dentro de la Universidad, lugar este, donde  han comenzado casi todos los grandes cambios generacionales y las revoluciones.
          Terminaré este escrito con un párrafo del periodista Javier Gallego perteneciente a un Programa de una  televisión local en Madrid titulado “Carne cruda”. Espero les haga esbozar una pequeña sonrisa, quizás, un poco canalla: 

        “Estado de coma Interior. Quirófano. Operación a corazón abierto. Sobre la mesa de operaciones, un paciente con roturas múltiples, traumatismos generalizados y colapso general del sistema tras haber sido arrollado por una crisis, atracado por una banda de gánsteres de la Banca que le dieron una paliza brutal y rematado con una puñalada trapera y por la espalda por toda una clase política. 

 Y encima acaba de caerle sobre la cabeza una urna electoral que le ha provocado otro traumatismo craneal severo porque se ha enterado de que en la próxima operación, le van a operar los mismos médicos pero con una bata de otro color”.  




2 comentarios:

  1. La mentalidad ha cambiado antes muchos veían la vida como para sufrir de mentalidad hormiga obrera, cualquier cosa antes que la diversión, parece que la diversión estaba hasta mal vista, hoy en día se valora mucho el disfrutar la vida pero no os confundáis sin prescindir de tus obligaciones y riesgos depende de cada joven, hay jóvenes que no les apetece tomar riesgos y van a lo seguro pero eso también ocurría en el pasado y no pasa tampoco nada, eso depende de la personalidad de cada uno

    Pero en lo que si ahora veo mejor es esa mentalidad de que hay que divertirse, de nada sirve venir a esta vida y morir y que tu recuerdo sea el trabajo y las obligaciones, nuestra vida es efímera, muy breve solo vivimos una vez y hay que aprovecharla, llegar a viejo y decir "vaya viajecito el de mi vida..." , disfrutar de la tierra que algún día también morirá, el sol también lo hará algún día, la vía láctea también algún día...todo terminará algún día, el universo entero se apagará...tal vez como yo sé cosmología y astronomía veo la vida de otra forma y por eso quiero disfrutar más de la vida porque esto que estamos disfrutando es algo temporal y somos unos privilegiados, algo que podría terminar pronto antes de que lo que creemos, por culpa del cambio climático y otros factores.


    Disfrutar de esta maravillosa sensación de estar vivo y disfrutar de la vida aunque sea en una campo respirando aire puro, no de botellón necesariamente que el ejemplo que has puesto en fotos me parece un poco drástico, existen infinidad de formas de divertirse, muchos jóvenes no les gusta beber.

    Postdata: Lo de somos privilegiados no lo digo por las cosas materiales que tenemos, no va por ahí, sino por el privilegio de que no es fácil formarse la vida que se ha formado en la tierra, estamos de paso, tienes consciencia...es muy especial en el universo la vida tal y como la conocemos. Disfrutémosla y por supuesto disfrutarla sin prescindir de nuestras obligaciones y ganarnos el pan de cada día pero por desgracia en España tenemos jornadas laborales abusivas que no nos dejan tiempo ni para disfrutar de la familia y los amigos. Algunos trabajos sí, pero otros... solo vienes a comer, cenar y dormir y ni conoces a tus hijos, eso no es vida. Venir a esta vida para sacar dinero y que ese dinero se gaste en cosas que ni disfrutas...esto se nos ha ido de las manos, es más al no tener tiempo libre enfermas, caes en depresión y se produce la paradoja de que ganas dinero para tener salud y lo acabas perdiendo para recuperar la salud que te ha hecho perder la falta de vida que te a llevado tu trabajo.

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  2. Una reflexión muy interesante. Si bien es complicado generalizar, encontramos esa falta de actitudes en muchos jóvenes.

    Podríamos añadir una pregunta, ¿Cómo nos veían antes los mayores a los que eramos jóvenes? Sin estadística fiable, diría que ahora hay más gente que pasa de todo por que puede hacerlo como apuntaste, quizá antes no podían permitirse "pasar de todo".

    Lo que está claro que el pan lo paga alguien, siempre que uno disfruta de un derecho alguien está pagando y cumpliendo obligaciones. O bien los que aportan al estado cuando se trata de servicios públicos, que no son gratis, alguien los paga. O bien sus padres (incluyo a varón y hembra), que les toca levantarse a las 6 de la mañana para llevar dinero a casa.

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