El pasado sábado tuvo lugar una concentración de coches clásicos en la calle Atleta Antonio Amorós organizada por el Club alicantino "Pasión por los clásicos" y varios socios de Caudete entre ellos Juan Manuel Rubio Izquierdo. La calle se cortó entre Miguel Hernández y Juan Carlos I para celebrar un día de fiesta y convivencia y darse a conocer socios de Alicante y Caudete en el "Bar Oasis". Por la mañana hicieron algo de turismo enseñándoles a los visitantes la Plaza de Toros "Las Arenas".
Contaron con la inestinable colaboración de Sergio que hizo un par de paellas que los de alicante no olvidaran en mucho tiempo. Tambien estuvo presente Raúl Díaz Martínez despues de celebrar por la mañana los funerales por su hermano Juan Antonio que, como recordarán, resultó muerto en un accidente de tráfico en Francia. Raúl recibió de este Club alicantino un placa para homenagear la labor de su hermano como socio fundador del Club valenciano "Horta Clássics".
Entre otras ventajas, admirar estos coches nos permite valorar como ha evolucionado el diseño, seguridad, tecnología y materiales empleados en la fabricación. En poco más de tres décadas el cambio es espectacular igual que el uso y disfrute. No se entendería nuestra actual forma de vida sin el coche. Recuerdo cuando en las calles de Caudete no había un solo vehículo en la calle. Hoy resulta complicado aparcar.
El carro y la mula dieron paso primero a la moto y, a renglón seguido, al coche. De los 30 que se dieron cita el pasado sábado le otorgaron un premio al más antiguo: un Renault Ondine con más de 50 años conocido popularmente como el coche de las viudas por la cantidad de accidentes que ocasionaba la falta de estabilidad al llevar el motor detrás. Otro premio fue para el coche que vino por carretera a Caudete desde más lejos. En este caso de Toledo. Juan Manuel valoró muy positivo el encuentro y con ganas de volver a repetir la experiencia.
El carro y la mula dieron paso primero a la moto y, a renglón seguido, al coche. De los 30 que se dieron cita el pasado sábado le otorgaron un premio al más antiguo: un Renault Ondine con más de 50 años conocido popularmente como el coche de las viudas por la cantidad de accidentes que ocasionaba la falta de estabilidad al llevar el motor detrás. Otro premio fue para el coche que vino por carretera a Caudete desde más lejos. En este caso de Toledo. Juan Manuel valoró muy positivo el encuentro y con ganas de volver a repetir la experiencia.
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