Después de la Guerra Civil La Aurora dejó de practicarse y 45 años más tarde se recuperará por iniciativa de Francisco Cantos y el actual Párroco Antonio Graciá Albero. Para ello contaron con la colaboración de Antonio Gilabert, que fue Director de la Banda Unión Musical de Caudete, quien reconstruyó las partituras de las piezas que cantaban.
"La memoria de Miguel Mollá - según Pepe Requena en un artículo publicado en La Tribuna- posibilitó poder recuperar muchas letras". Si no llevo mal la cuenta son ya 26 años los que de forma ininterrumpida se viene celebrando la Aurora.
Miguel Mollá recordaba la mayoría de los cantos que había oído desde pequeño ya que los auroros salían a cantar por la noche desde del domicilio de su abuelo. Mollá rescató del olvido nada menos que 25 de estos cantos reiniciándose de esta forma la Aurora con 35 voces y 9 músicos.
Siguiendo esta tradición popular, La Aurora, que cuenta con mas de 100 socios, dedica todos los sábados de mayo, a partir de las 23:00 horas, a cantar antiguas canciones delante de las casas que tienen hornacinas de santos o vírgenes o donde un particular los invita a cantar delante de su casa. Dividen el pueblo en sectores, como pueden observar en el cartel, de modo que todos los vecinos puedan participar de esta sencilla pero emotiva fiesta religiosa.
Antiguamente los auroros recorría todo el pueblo en una noche, debido a los pocos Santos que había en las fachadas, y se finalizaba "a las tantas" rezando el Rosario. También atiende esta Sociedad peticiones de familias que los invitan a cantar a cambio de una modesta limosna. Los primeros a los que fueron a cantarles el pasado 3 de mayo, después de cantar la primera canción en la puerta de Santa Catalina, fueron a Antonio el Cura, Elisa Pagán, los de la Torrecica - calle Abadía- y Feliciana Pérez, en el callejón de las Campanas.
Los auroros fueron obsequiados con torta casera y algo de bebida para hacer mas llevadero el recorrido. La comitiva no se entretiene mucho y tras recoger el estandarte y el farol que han dejado en la fachada de la vivienda donde han cantado, se dirigen a la siguiente cita haciendo sonar una campanilla.
En otros lugares, como Murcia, la Aurora ha tenido un desarrollo mucho mayor hasta el extremo de ser declaradas, hace dos años, igual que nuestra Embajada, como Bien de Interés Cultural. El profesor Francisco López Arroyuelo dice que hablar de Aurora "es hablar de un rito en el que participan hombres y mujeres que dicen de ellos de una fe religiosa y de un acercarse a la realidad espiritual de un pueblo. La Aurora, que había comenzado a realizarse en el siglo XVI, en el XVIII tiene problemas con los Ilustrados de Carlos III al querer controlar sus Ministros Floridablanca y Campomanes, como siempre ha hecho el poder, a estas y otras asociaciones. Pasan por momentos difíciles pero seguiran existiéndo y manifestándose los mayos de todos los años....".
La Presidenta, Juani Díaz Francés, me comentaba el año pasado que "desde tiempo inmemorial La Aurora no goza de ninguna cuota fija de los socios, ni tampoco exige a nadie el pago de ninguna colaboración, nutriéndose económicamente de las limosnas que nos dan y que nos permiten premiar, modestamente, la colaboración de los músicos ya que sin ellos careceríamos de lo principal". El estandarte que llevan en el recorrido es la Virgen de La Esperanza, de Onda.
Otro instrumental que les acompaña es un pequeño farol ya que en sus orígenes las calles no estaban tan iluminadas como ahora. Fue a raíz de ir cantar a Yecla, en la Casa de la Cultura, cuando tomaron contacto con los auroros de Murcia y, desde hace 15 años, van cantar a la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario, en Santa Cruz, fundada en 1821. De ellos copiaron el estandarte que preside los desplazamientos y que se coloca, junto al farol, delante de la fachada donde se canta.
De instructivo pueden calificarse los carteles anunciadores de los itinerarios de la "Asociación La Aurora 2003" que cada año realiza la hija de la Presidenta de la Asociación, Cristina Sáez Díaz, diseñadora Gráfica y Licenciada en Bellas Artes en la Universidad de Valencia. Estos carteles me traen gratos recuerdos de cuando hace 20 años, junto con Francisco Domenech Mira y desde la Asociación Cultural "Amigos de la Historia Caudetana", publicamos un libro en el que recogimos toda la cerámica plana y de religiosidad popular que había en las fachadas de las casas de muchos caudetanos. La Aurora es una tradición que a lo largo de la historia ha tenido sus altibajos pero que ahí sigue presente y cada año con mas seguidores.
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