¡Como
me gustaría afirmar que la Administración tiene inmerecida fama de lenta en
la tramitación de los asuntos del administrado! No se puede generalizar pero,
en general, la opinión de la mayoría de ciudadanos es que la Administración
esta excesivamente burocratizada y que
es lenta. Esto ...no es nuevo. Mariano José
de Larra ya escribió, en enero de
1833, un conocido artículo firmado con el seudónimo
de “El Pobrecito hablador” que
llevaba por título “Vuelva usted
mañana”. Larra nos cuenta el caso de
un francés, monsieur "Sans-délai", que vino a España a invertir
un pequeño capital pensando que en quince días lo tendría todo resuelto y
después de seis meses de infructuosas gestiones ante la Administración, cansado y aburrido de oír la misma cantinela del funcionario de turno, que le repetía una y otra vez, vuelva
usted mañana, se largó a su país. ¡Y eso que venía a invertir su dinero aquí! Hace una semana tuve conocimiento de un caso que
puso en evidencia esta lentitud crónica. Hace mas de seis años, un paisano construyó un
chalet en uno de los márgenes de la vereda Santa Ana. Al
utilizar la cubierta como trastero le dijimos que tenía que realizar un
proyecto de ampliación, de lo contrario
el Ayuntamiento le pondría pegas a la hora de solicitar la Licencia de Primera
Ocupación. Se elaboró el proyecto y se
presentó al Ayuntamiento. Seis años después, el
Secretario le ha mandado un oficio para que pase por
caja a pagar, precisamente ahora que no hay crisis y que el dinero cuesta muy poco ganarlo. Este ha recibido la
notificación, como la habría recibido
cualquiera de ustedes: con asombro y desconcierto.
Nada menos que un retraso superior a seis años. Da la sensación de que el Secretario estaba limpiando todo lo que tenía atascado en los cajones de su despacho. No sé si se trata de un hecho aislado o si
hay más casos por cobrar y por tramitar. Tampoco
sé si es consciente de que con este proceder no damos una imagen de seriedad y eficacia además de
perjudicar la labor de otros funcionarios y a otras áreas de la Administración que si funcionan.
Repito que no se puede medir a todos por el mismo rasero. La suerte que tenemos es que este administrado
no se ha presentado delante de los medios de comunicación a contar "su
caso".
A las
tres menos cuarto ha sonado una traca disparada cerca de la puerta del Ayuntamiento.
¿Los motivos? Que hoy nos deja Francisco José Moya García , después de seis años trabajando
como Secretario Municipal. Se había programado una comida de despedida, de las del
tipo a escote, en el céntrico
restaurante “Los Naranjos” a la que ha asistido el Alcalde, representantes del Equipo
de Gobierno y del Psoe, además de una docena
de funcionarios. A su antecesor, Cirilo
Armero, la Corporación le regaló una
bicicleta. En este caso, nadie me ha comunicado si le hemos regalado algún detalle como despedida y, si ha sido así,
en que ha consistido. El nuevo destino de Francisco J. Moya es el
Ayuntamiento de Hellín. Como despedida y con todo el cariño del mundo, le daré varios
consejos con el exclusivo deseo de que gane puntos, admiración y respeto en su nuevo puesto de trabajo. Dicen que un consejo vale mucho dinero aunque la gente siempre prefiere lo segundo. El más
importante de todos es que tenga en
cuenta que tanto los trabajadores
municipales como el administrado, todos tienen ….¡alma! Si, alma. Y que cuando alguien
tiene un problema, le gusta que lo
escuchen, al margen de la resolución que al final se adopte a su expediente. Tambien quiero hacerle llegar que no es buena práctica remitir al Fiscal, como norma, los asuntos de infracción urbanística
pudiéndolos resolver de forma menos traumática para el ciudadano, como es la vía Administrativa. Todavía es más doloso llevar a Fiscalía unos sí y
otros no. Si tiene en cuenta estos sencillos consejos, el administrado de Hellín se lo agradecerá. No te quepa la menor duda,
querido Francisco. Te deseo mucha suerte en Hellín.
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