En mitad de una Semana Santa marcada por el mal tiempo nuestros queridos ediles celebraban un Pleno extraordinario que, en contra de lo previsto, se prolongó casi cuatro horas. Había dado comienzo la sesión a las seis de la tarde con la sana intención de que no coincidiera con los Actos de la Pasión de Jesucristo que las Cofradías vienen organizando cada año con mayor brillantez con el único contratiempo del frío que le restó a las procesiones “lucidez y espectadores”.
El orden del día constaba de 10 puntos: reconocimiento de facturas sin pagar, solicitud de un préstamo, cesión de parte del campo de futbol San Matías al SESCAM para que construya un nuevo Centro de Salud, aprobación de tres obras por un importe de 1,7 millones de euros para atajar la epidemia del paro, dar a conocer que por segunda vez ha quedado desierta la venta de una parcela del Parque Tecnológico por causa de la crisis y aprobar las Bases que a partir de ahora se aplicaran para la concesión de subvenciones a las distintas asociaciones locales de carácter cultural y festero.
Al tener el Psoe mayoría absoluta, todas las propuestas que iban a Pleno tenían visos de salir adelante. Si a esto sumamos que el PP votó a favor de “todas las propuestas” que los socialistas llevaban (AC se abstuvo en algunas de ellas) la pregunta es obligatoria: ¿como es posible que un Pleno que debía haber durado poco mas de media hora se prolongara hasta casi cuatro?
Hay versiones para todos los gustos por parte de los que siguen el Pleno por Televisión tanto en directo como en diferido. La afición, como en el futbol, esta dividida en dos bandos: los adeptos a los socialistas afirman que Mollá solamente “se dedica a insultar y a poner palos a la rueda del carro del equipo de gobierno sin aportar alternativas” mientras que los seguidores del Pp acusan a Montesinos de “sutil provocador y de intentar poner en evidencia a Mollá siempre que se le presenta la ocasión contando con el visto bueno del Alcalde”.
La frase ya se ha hecho popular de tanto repetírsela Montesinos a su rival: “no ofende quien quiere sino quien puede. Sepa usted que me ofende intentando ofenderme”. Molla por su parte atacó por la “altura”, mentando lo del “taburete”.
Viene siendo público y notorio el “cariño” que estos dos ediles se profesan pleno tras pleno. Pero no crean que esto es una excepción y que solo ocurre en nuestro Salón de Plenos. ¡Ni muchos menos!
Ocurre lo mismo, ¡o peor!, en la Carrera de San Jerónimo en las sesiones de control al gobierno que se celebran los miércoles con protagonistas de postín como Rajoy y Zapatero o Soraya y De la Vega. Cada uno de ellos ataca y se defiende del contrario como puede o como Dios les ha dado a entender buscando el lucimiento personal y los intereses de sus respectivos partidos. A decir verdad, no son mas “finos y elegantes” en sus ataques que nuestros protagonistas locales.
En nuestro parlamento todavía no ha llegado Molla a decirle a su rival “bobo de solemnidad”. Por el contrario Montesinos no se para en barras y con más recursos dialécticos, entre otras lindeces, acusa a su rival de “antipatriota” por no subirse al “carro del desarrollo local” llamado “Parque Tecnológico”.
En democracia, como en el futbol, el equipo no tiene mas objetivo que alzarse con la victoria final utilizando estrategias, la mayor parte de veces, poco deportivas con consignas de “juego raso y patada en la ceja” o “al enemigo ni agua”. Pp y Psoe no se han dado tregua ….¡ni tan siquiera en fechas tan señaladas como Semana Santa!
Voy a seguir utilizando el símil del futbol para mejor comprensión de la siguiente idea. En el desarrollo de un “encuentro”, una de las piezas clave es el árbitro para mantener las formas y las reglas del espíritu deportivo. Un buen arbitraje entre dos contendientes siempre es valorado y aplaudido por las dos aficiones.
El árbitro, en una sesión plenaria, es el Alcalde. Su misión es moderar el debate y llamar la atención ante un atisbo de juego sucio. Ya sé que es difícil ser imparcial militando el Alcalde en las filas de uno de los contendientes. Pero si quiere que los “aficionados entendidos” aplaudan su actuación no debe tener miramientos y sacar, si es preciso, tarjeta amarilla a quien haga méritos bien sea Molla o Montesinos.
Nuestro querido Alcalde dejó muy claro en el transcurso del “partido extraordinario” del pasado miércoles que no tenía la menor intención de pitar ninguna falta y menos sacar tarjetas. Ante la queja del delantero centro del equipo rival, por juego peligroso de Montesinos, Vicente sentenció, dirigiéndose a Molla, que “….como cuando utiliza el silbato para llamar la atención a algún jugador lo tachan de dictador había decidido que cada contrincante utilizara sus mejores armas como quisiera para alzarse con la victoria”. ¡Imagínense ustedes como discurrió el resto del encuentro al meterse el árbitro el silbato en el bolsillo!
Este punto de vista del arbitraje escapa a la atención de muchos espectadores que se pierden en conjeturas únicamente maniqueistas: Montesinos bien, Molla mal sin entrar a comentar el “trasfondo” de las “jugadas” de cada equipo. La oposición esta para controlar al equipo de gobierno y decirle lo que no quiere escuchar. Esta claro que unas veces Montesinos estará mas acertado que Molla o viceversa y que en otras ocasiones ambos recurrirán a la demagogia para llamar la atención del espectador y buscar el aplauso de su “afición”. Pero lo que no esta claro es que quien tiene la obligación de moderar el encuentro “renuncie a hacerlo y propicie la crispación como estrategia para salir airoso del trance”.
Marin, expresidente del Congreso de los Diputados, llamaba a los portavoces de los distintos partidos para rogarles moderación y juego limpio en sus intervenciones. Tal vez esta es la causa por la que no repitió como Presidente quien fue un buen moderador. Posiblemente Molla no sea muy fino en las formas y esto le pierda. Pero en el fondo Montesinos sabe perfectamente que el pasado miércoles Santo a la oposición le asistía la razón cuando defendían que las tres obras propuestas no son las más indicadas para potenciar el “empleo local”.
Por ultimo recordarles a los socialistas que no se puede presumir de lo que se carece: en las Bases para evaluar la concesión de subvenciones a las distintas asociaciones locales han dejado a la oposición “fuera de juego”. Siendo una decisión del gobierno local la aprobación de estas subvenciones hubiera sido “todo un detalle” y un predicar con el ejemplo haber contado con la oposición máxime cuando aquí no hay nada que ocultar.
Joaquin Molla, a punto de acabar el encuentro, fue extremadamente hábil en el ultimo regate sobre las “Bases para las subvenciones” con un tanto que a punto estuvo de subir al marcador. Le dijo muy claro al árbitro …“aquí tiene usted otro ejemplo mas de su contradicción y engaño al acusarnos de no colaborar cuando la realidad es ¡que ustedes no se dignan jamás en contar con nosotros!”
El Alcalde, con el tiempo mas que cumplido, pitó el final del largo encuentro a la misma hora que el Barça le metía el tercer gol a su rival y la procesión se ponía en marcha.
Joaquin Medina Iñiguez
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