El pasado
fin de semana los músicos de la Banda Juvenil de la Unión Musical Santa Cecilia
vivieron en San Sebastián una experiencia que no olvidaran en mucho tiempo. Se trataba de un encuentro de
Bandas Juveniles de toda Europa en la que participaron 8.500 músicos menores de
25 años de 151 Escuelas de Música. Existe una Federación Europea de Escuelas de
Música, que preside la suiza Helena
Maffi, que persigue "el fomento de la música entre los jóvenes de toda Europa". Se trataba
de una fiesta de la diversidad con el lenguaje común de la música. La próxima
cita será en 2018 en la ciudad holandesa de Sneek. San
Sebastián es la Capital Europea de la Cultura 2016 y, desde primeros de año, el
arte se vive en sus calles. Uno de los muchos actos programados era este.
Puede leerse en el Catálogo "Miradas. Primavera fotográfica 2016", publicado por la Diputación para la exposicion que se inaugura hoy 15 de mayo, en la "Galería de Arte Contemporáneo La Lisa" en Albacete, de Juan Ignacio Checa Franquelo, donde se trata de romper una lanza por la cultura y un impuesto justo, y no del 21% "...porque la música forma parte de nuestro día a día, esta presente de forma implícita y explícita. Cada situación cotidiana evoca en las personas una canción o un ritmo, que, de alguna manera, tiende a convertirse en la propia banda sonora de nuestra vida ¿Qué sería de nosotros sin la existencia de música como medio expresivo?
Leo Maciá nos ha enviado una nota donde cuenta la experiencia en la Emusik de los músicos de Caudete y sus acompañantes, que lleva por título "La Ikastola de Bergara"
Puede leerse en el Catálogo "Miradas. Primavera fotográfica 2016", publicado por la Diputación para la exposicion que se inaugura hoy 15 de mayo, en la "Galería de Arte Contemporáneo La Lisa" en Albacete, de Juan Ignacio Checa Franquelo, donde se trata de romper una lanza por la cultura y un impuesto justo, y no del 21% "...porque la música forma parte de nuestro día a día, esta presente de forma implícita y explícita. Cada situación cotidiana evoca en las personas una canción o un ritmo, que, de alguna manera, tiende a convertirse en la propia banda sonora de nuestra vida ¿Qué sería de nosotros sin la existencia de música como medio expresivo?
Leo Maciá nos ha enviado una nota donde cuenta la experiencia en la Emusik de los músicos de Caudete y sus acompañantes, que lleva por título "La Ikastola de Bergara"
"La Ikastola de Bergara", por Leo Maciá.
..."Igaro dira jada hogeita hamar
urte eta hemen jarraitzen dut, ur tanta izaten, dakizuenez ur zikloari esker
hamaika lekutan zehar ibiliak izaten gara eta batzuetan, lehen egazugutako
parajeak berriz ikustea egokitzen zahigu.
Oraingoan euri zaparrada gogor baten ondorioz Ugasteguitik jaitsi
nintzenean, han sartu nintzen trumulka veste anai arreba mordo batekin Urkuluko
urtegira".
Mientras escribía esto, el
procesador de texto del ordenador no dejaba de marcar líneas rojas debajo de cada
palabra advirtiéndome de que estaba mal escrito, insinuando constantemente que
pasara el corrector ortográfico. He dudado un momento de si
debería comenzar el artículo en euskera o no, pero si no lo llego a hacer no me
hubiera dado cuenta de la metáfora. No está mal escrito, es que no aceptamos lo
que es diferente.
Hay que ver las cosas desde otro punto de vista para
comprender, para compartir, para unir. Esto es lo que me he traído en la
funda de un instrumento invisible, ese que te enriquece como persona cada vez
que lo haces sonar, ese que te deja un sabor a felicidad cada vez que lo
utilizas, y con él, se consiguió lo más difícil. Emocionar.
La Banda Juvenil de la SUM Santa
Cecilia de Caudete, a través de la Escuela Municipal de Música y Danza, participó
en el Festival Emusik de San Sebastián. Después de 10 horas de viaje, nuestro
autobús aparcaba en la puerta de un colegio de Bergara, allí nos esperaba Ane, la directora del Centro escolar que nos sirvió de residencia durante los días que
estuvimos allí.
El gimnasio nos esperaba repleto de sacos de dormir esparcidos
por el suelo de madera, nuestros compañeros de gran hermano musical habían
ocupado su parte. Venidos de Letonia y vestidos de verde y blanco, rubios y
grandes, con su director de melena canosa a lo Luís Cobos y Bigote Arrocet.
Al día siguiente nos esperaba El
Illumbe, Plaza de Toros cubierta de San Sebastián. De un autobús bajaba un coro
alemán que parecía surgido de la película “Sonrisas y Lágrimas”. Por otros lados venían bandas de Trikitxilaris y chistus vascos. La diversidad parecía
propia de un anuncio de Benneton. Los 8.500 músicos de 153 escuelas de toda
Europa llegaban al XII Festival Europeo de Escuelas de Música. Había eslovenos,
finlandeses, italianos, húngaros, alemanes, franceses, 27 escuelas catalanas,
riojanos, 30 escuelas del País Vasco, y Albacete.
La presentación estuvo a cargo de
dos actores, Oihana Maritorena y Joseba Olagarai, que presentaron en euskera,
inglés y castellano.
La Orquesta de Euskadi dio el
soporte musical, dirigido por Juanjo Ocón, bailaron el aurresku (danza de bienvenida)
250 niños de la Escuela de Danda de Donosti. Se interpretaron piezas como
Txanton Piperri o una particular “Marcha de San Sebastián” amenizada por unos
tamborileros equipados con trajes napoleónicos.
El Himno Europeo junto con la pegadiza Musikatu Bizitza con letra en 8 idiomas, pusieron el punto
culminante a esta multitudinaria reunión de jóvenes músicos. En esta fiesta se
compartió una ola gigante de colores, una tormenta de verano hecha con percusión
corporal y mucha animación. Tras la inauguración, 59
localidades fueron escaparate de diferentes conciertos donde cada uno de los
grupos fue desgranando la esencia de su país.
A nosotros nos esperaba
Aretxabaleta, donde nos acogieron con una cercanía llamativa. El viento y la
lluvia hicieron que el acto se atrasara, pero al final se pudo realizar como
estaba previsto. Se bailaron danzas tradicionales, tuvimos Txistularis y muy
buena comunicación entre los profesores de música locales que nos atendieron
con mucho entusiasmo.
Vuelta a Bergara y cena con nuestros compañeros de Gran
Hermano de gimnasio letones. Al día siguiente la mañana empezó
temprano, a las 6:00 horas, hora letona para despertar. Orugas dentro de sus sacos en
la zona caudetana, sobre todo porque las noches se estiraban un poco y porque
el desayuno era a las 9:00 horas.
Las cocineras de Bergara y Mondragón nos tenían preparadas
las rebanadas de pan Bimbo y el zumo de polvo de naranja. Oñati, el siguiente
destino. Nos recibieron en el Ayuntamiento, nos danzaron el aurresku, nos
hicieron una ruta turística por su Universidad, una de las más antiguas de
España. El concierto se desarrolló en el interior de la Casa de Cultura, una Iglesia restaurada donde pudimos ver varios grupos locales con sus fuelles del
infierno, denominación que según nos contaron daba la iglesia a las
trikititxas, seguramente porque cerca de una de ellas siempre habría una
fiesta.
Se interpretaron los diferentes himnos, a los cuales ya empezaban a ser
como nuestra Banda Sonora. Ultima noche en la Ikastola de
Bergara, idas y venidas nocturnas, con complicidad de cuatro días juntos y
sueño reprimido. A la mañana siguiente, 6:00 horas para ser exacta, de nuevo Letonia en
pie mientras las orugas caudetanas se esforzaban en dormir un poco más. La sorpresa
fue cuando nuestros compañeros letones se despidieron interpretando una canción
para nosotros, a la cual respondimos con nuestro clásico “oui, oui, oui los de
Caudete los de Caudete, oui, oui, oui los de Caudete están aquí”.
La vuelta en el autobús, con
lluvia y gotas de agua en nuestras almas. Con esa sensación de haberla
enriquecido, de haber ido con unas expectativas y haber vuelto con esas y
muchas otras cumplidas. Porque fuimos a hacer música e hicimos amigos, amigos
de toda Europa, pero también de mi vecino de al lado. De compartir intimidades
con compañeros que jamás nos lo hubiéramos imaginado si no hubiera sido así. De
hablar de cosas en el idioma de los sentidos.
Y no solo los músicos nos
trajimos una sonrisa tonta dibujada en los labios, también la expedición de
padres que nos acompaño se vino con esa sensación de querer quedarse con
aquella emoción una semana más. Porque, al fin y al cabo, lo que hicimos fue
construir personas a través de la música. Una vez un Bombardino me dijo "...cada
uno toca como es, y para ser buen músico, también has de ser buena persona".
Espero que todos hayamos
aprendido que la música es universal, que
se puede compartir. Después de ver como 8.500 personas de toda Europa se entendían hablando el mismo lenguaje, me
pregunto: Eso de las guerras… ¿quien se lo ha inventado".. porque yo aquí no la veo.
Enhorabuena a todos! Este tipo de iniciativas son las que necesita Caudete
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