Con 11 años, mi padre me llevó a aprender con un maestro -no recuerdo su nombre- que tenía el aula en la calle Alfonso el Sabio enfrente de la yesera de "El Zorro". Uno de los compañeros de pupitre era Paco "el Cebollero", que vivía en la casa de al lado. Una mañana, Paco se despidió del maestro. Tenía poco más de quince años.
No habían pasado tres meses y recuerdo a su padre como decía, con asombro y mucho énfasis "...tiene cojones que mi hijo Paco tirando yeso gane en un solo mes más que yo en todo el año en el campo". Paco se había ido a ejercer una profesión que acababa de nacer: yesaire. De esto hace 53 años.... ¡y parece que fue ayer!
En menos de una década, casi todos los hijos de agricultores siguieron los pasos de Paco: cambiaron la azada por la talocha y se fueron a la costa a enclucir techos y paredes dejando a sus padres plantaos con el carro y la mula, herramientas que apenas si daban para vivir. Esta introducción... era necesaria que se las recordara para redactar la siguiente crónica que, medio siglo después y por diversas circunstancias, indica, aunque tímidamente, un cambio de inflexión, es decir una "vuelta al campo".
Nuestro protagonista en esta ocasión es Joaquin López Ferriz que tiene 21 años y, con un par, ha decidido ser agricultor. Es el primer caso que conozco de alguien que a tan temprana edad le guste la profesión que un dia abandonaron Paco "el Cebollero" y muchos más caudetanos lo que tuvo su parte positiva: propició un notable despegue económico de Caudete por la gran cantidad de ingresos que suponía ser yesaire frente a la agricultura.
Joaquin me aclaraba que la cosa viene de lejos ya que siempre ha acompañado a su abuelo al campo y desde muy joven le gustaba este oficio. En Aguas Nuevas (Albacete) estudió Producción Agroecológica y dos Módulos de Jardinería realizando prácticas en el Ayuntamiento de Caudete. En la Casa de "El Coronel" también estuvo haciendo tres meses de prácticas y lo contrataron. Ahora cultiva los campos que heredó de sus abuelos (Juan, mi vecino, y Diego) y le queda tiempo para atender a otros que solicitan sus servicios como labrar, sulfatar, podar....
Para redactar esta crónica quedé un sábado por la mañana con Joaquin -hijo de mi amigo Chimo, profesor de Biología en el Instituto "Rafael Requena"- en un bancal del paraje los Hondos. Cuando llegué estaba podando oliveras y cogiendo las ramas con una máquina adosada a la parte posterior de un tractor que las trituraba y las dejaba esparcidas como materia orgánica. Hacía el trabajo con soltura, acompañado de otro joven agricultor: su primo Salvador Ferriz.
Joaquin me contaba que "...este oficio es sacrificado y poco pagado. Te tiras todo el año trabajando e invirtiendo y es como jugar a la lotería. Al final, se presenta una pedrea y lo pierdes todo. Afortunadamente, este año ha sido muy buena la cosecha de oliva y de almendra y también han acompañado los precios. Pero, de momento, con las pocas precipitaciones que llevamos, este año pinta malo. También tenemos en contra la plaga de conejos".
Se quejaba de que son los intermediarios los que realmente obtienen el beneficio de los productos agrícolas. "Lo que cuesta un kilo de abono, de gasóleo, agua y jornales, en muchos productos no llegas ni tan siquiera a sacar lo invertido. Y cuando echas mano a vender, ellos son los que ponen el precio".
Al acabar el Módulo se compró un tractor. Ahora anda haciendo gestiones para comprar uno más grande. Dice que como no hay -yo diría más bien que no quedan- muchos agricultores, tiene bastante faena. No cabe duda de que se encuentra a gusto con esta profesión. ¡Un caso único! Como están las cosas, es posible que Joaquin sea el primero que esté marcando el cambio de tendencia y el campo sea mañana un lugar de trabajo para muchos jóvenes.
Hace unas cuantas semanas, junto con otros dos agricultores, estuvo en la Feria del Campo que anualmente se celebra en Zaragoza. Fueron a ver maquinaria, aperos, nuevas tecnologías, tendencias.... Esto quiere decir que algo, aunque lentamente, está cambiando. No es para hacerse rico, pero ahí tenemos a uno que con 21 años ha decidido nada menos que ser agricultor. ¡Enhorabuena! Es el mismo viaje que hizo Paco el Cebollero.... pero en sentido contrario.
Os transcribo los versos de una canción del trabajador de canciones Joan Manuel Serrat para animar a Joaquín y tenga motivos para seguir trabajando en lo que más le gusta.
ResponderEliminarCAMPESINA
A golpes, el badajo
Llamó al amanecer
Y a ti, camino abajo,
Camino del taller
Te busca una sirena.
Ten cuidado mujer
Campesina.
Diecisiete años.
Campesina.
Soldador y estaño.
Campesina.
Campesina.
Campesina.
Soldar hilo con hilo
Y no saber por qué
Va es siete con el cinco
Y el cuatro con el tres.
De sirena a sirena
Están mintiéndote.
Campesina.
Si el viento y los robles,
Campesina,
Se saben tu nombre.
Campesina.
Campesina.
Campesina.
Es Septiembre y las uvas
Están por madurar.
Aires de fiesta cantan
Las prensas y el lagar.
No escuches la sirena
Y ve a vendimiar.
Campesina.
Carita empolvada.
Campesina.
De recién casada.
Campesina.
Campesina.
Campesina.
Tiene añoranza el río
De tu cara y tu sed,
La harina de tus manos
Y el mosto de tu pie.
No escuches la sirena
Y vuélvete.
Campesina.
Despierta el asombro.
Campesina.
Cantarillo al hombro.
Campesina.
Campesina.
Campesina
JOAN MANUEL SERRAT
CANCIÓN INFANTIL 1.974
Para el que no se haya dado cuenta a estas alturas, le diré que Oscar de Caso se conoce de "pe a pa" las 400 canciones compuestas por Joan Manuel Serrat. Además... el tio las sabe cantar. Un dia de estos grabaré con el un par de ellas y se las traeré para que vean el fondo artístico del duo. Buen fin de semana.
ResponderEliminarMuchas gracias oscar
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