Cuando un buen dia, por arte de magia nos levantamos millonarios, una de las primeras medidas que adoptamos fue transformar en solares los bancales que habíamos cultivado durante siglos. ¿Por qué le dimos la espalda a la tierra? Porque un ladrillo de barro cocido -el mismo material del que nos hizo Dios un buen día- valía más que una docena de lechugas! Tierras fértiles, que habían dado de comer a nuestros ancestros, se quedaron -y para desgracia nuestra así continúan- completamente yermas como las de la Huerta Arriba.
A Paco Vila Sanchis lo pillaron en medio de aquel espectacular "moje" urbanistico-inmobiliario que, de la noche a la mañana, se montó y de que manera. El no supo aprovechar aquel trasiego de bancales convertidos en solares a espaldas de la Ley del Desarrollo Urbanístico, -José María Aznar cambio todo el campo en orégano- negocio que fue alentado por unas entidades finacieras cuyos Directores no tenían registrado en sus archivos qué significado tenían las palabras escrúpulos o ética. Todo el término municipal, de norte a sur y de este a oeste, estaba en venta -y así continúa- porque había préstamos "a tutiplé", sin ninguna garantia y sin necesidad de hacer cola, garantias que cuando la cosa explotó, tuvo que hacer buenas el Estado a costa de nuestros impuestos. Contando con la complicidad del Gobierno, el Banco de España y la CE la mayoría de los profesionales de la Banca miraron para otra parte. Cuando terminó el sainete, debieron ingresar directamente en presidio por "atentado contra el Estado Español"
A Paco Vila Sanchis lo pillaron en medio de aquel espectacular "moje" urbanistico-inmobiliario que, de la noche a la mañana, se montó y de que manera. El no supo aprovechar aquel trasiego de bancales convertidos en solares a espaldas de la Ley del Desarrollo Urbanístico, -José María Aznar cambio todo el campo en orégano- negocio que fue alentado por unas entidades finacieras cuyos Directores no tenían registrado en sus archivos qué significado tenían las palabras escrúpulos o ética. Todo el término municipal, de norte a sur y de este a oeste, estaba en venta -y así continúa- porque había préstamos "a tutiplé", sin ninguna garantia y sin necesidad de hacer cola, garantias que cuando la cosa explotó, tuvo que hacer buenas el Estado a costa de nuestros impuestos. Contando con la complicidad del Gobierno, el Banco de España y la CE la mayoría de los profesionales de la Banca miraron para otra parte. Cuando terminó el sainete, debieron ingresar directamente en presidio por "atentado contra el Estado Español"
Faltaban solares, viviendas, bancales, pedrices, casas, labores, huertos... Y eso que el término municipal es grande: 14.500 hectáreas. ¡Todo estaba en venta! Se contaba para ello con toda una serie de ventajas y facilidades de financiación nunca vistas hasta entonces. A un cojo le daban un balón y a un manco una raqueta. Pedias cuatro y te daban ocho. Al olor de estas facilidades, ingleses, y españoles, sin escrúpulos aterrizaron por estos lares instalando sus chiringuitos inmobiliarios como setas. Esto se convirtió en jauja. Lo que pudo haber sido una actividad lícita-profesional y rentable se convirtió en un desmadre y una guerra sin cuartel. El lema era, con perdón de la expresión, "maricón el último". Como si el mundo se acabara al día siguiente. Los banqueros nos traían la cantidad solicitado del prestamo -muchas veces incluso más- a nuestro domicilio para que no nos herníaramos llendo a sus lujosos despachos. De pronto, perdimos el conocimiento y en eso andamos ahora: convalescientes intentando recuperarlo.
Observen con que delicadeza recogió Requena el huerto.
Repito que Paco no supo aprovechar ni rentabilizar la situación. Había muchos buitres y alcones en escena dispuestos a devorar -sablear- a cualquiera. Había muchos asaltatrenes y atracadores sueltos y a sueldo. Tuvo que salirse del escenario escaldao y muy afectado. Ahora se recupera a base de una terapia tan sencilla como efectiva: trabajar la tierra, convirtiendo el solar en bancal, aquellos que fuimos abandonando en una época en la que atábamos a los perros con longaniza. Los dueños de Mercadona o de Carrefur nos esperan todos los días -y nos siguen esperando- en sus Centros Comerciales a los que pagamos por un tomate o por una lechuga mucho más de lo que cuesta un ladrillo de cara vista. Justo al revés que hace una década.
Todo, absolutamente todo, ....sale de la tierra. Paco sabe como hacerla producir. Le ha dado un giro a su espiritu poniendo en marcha, como terapia ocupacional, un pequeño huerto delante de su casa con un mínimo consumo de agua aplicando la técnica inventada por los israelitas del goteo. Se entretiene y, de paso, recoge patatas, lechugas, tomates, cebollas, acelgas, zanahorias, calabazas de cabello de angel, bajocas, ajos, sandías melones, pimientos, calabacines... ¡Nunca debimos darle la espalda a la agricultura! Paco lo sabe. Estamos pagando muy caro el error. Daban con muchas facilidades las hipotecas. Mejor dicho: nos las metieron por los ojos. Ahora, sin ingresos para pagarlas por falta de trabajo...¡tiran a la gente a la calle! Por muchos menos motivos, hemos montado aquí la de "dios es cristo" como por ejemplo el "Motín de Esquilache".
¿Sabe usted plantar patatas, lechugas o pimientos? Ya no nos acordamos pero fuimos un pueblo agrícola y hoy tenemos medio término municipal sin cultivar justo cuando los productos alimenticios -frutas y verduras sobre todo- se han puesto por las nubes. Con crisis o sin ella ....siempre gana el mismo. Paco va por buen camino. Le voy a decir que me enseñe a plantar lechugas, cebollas y tomates que son los ingredientes necesarios para una buena ensalada. ¿Hemos aprendido algo de esta triste experiencia inmobiliaria para no repetirla? No lo se. Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.
Una buena labor es lo que ha hecho ese hombre, transformando en un precioso huerto que alegra el vecindario lo que antes fue un solar abandonado.
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