domingo, 15 de junio de 2014

Un cartel anunciando la promoción de 8 viviendas es toda una novedad y, a la vez, un desafío, después de siete años de crisis económica generalizada, sobre todo en el sector inmobiliario.

     Este Cartel que ven más arriba, lo colocaron hace tan solo un par de semanas enfrente del Centro de Día, en la calle Puerta La Villa. Hace 7 años que los promotores dejaron de colocar carteles de este tipo anunciando  promociones de viviendas. Muchos tuvieron que retirarlos sin haber iniciado el movimiento de tierras porque les pilló la crisis en plena tarea. Tiene mérito lo que pretende mi compañero Cristian Villodre ya que la época de bonanza del boom inmobiliario ha dejado un importante stock de viviendas, a mucha gente en la calle sin trabajo, sin ingresos y con un futuro incierto. Villodre es Arquitecto Técnico y con experiencia en dirección de obras. Conoce la profesión y este Cartel indica que se ha liado la manta al cuello desafiando a la crisis, en el intento de promocionar la construcción de 8 viviendas. Puede leerse en el cartel que "a partir del 20 de junio abrirá la oficina para informar a los interesados".

       Repito que después de siete años en dique seco, sin mover un ladrillo o un m3 de hormigón, un cartel de este tipo es toda una declaración de guerra. ¡O una locura!, según se mire. Entre otras cosas, porque esos bancos y cajas que, con mucho sacrificio, entre todos hicimos grandes y poderosos, ahora ni atienden, ni socorren ni escuchan a nadie, después de haberles echado el Gobierno una extraordinaria tabla de salvación que salió de nuestros impuestos para que no se ahogaran en un mar de corrupción e incompetencia. "Manda cojones", que diría aquel en un arranque de sinceridad. Las recientes medidas de Mario Draghi, dando a los Bancos la posibilidad de recoger dinero a un interés muy bajo, podrían empezar a mover una rueda que lleva mucho tiempo parada. O esto se mueve o no se cuanto tiempo más se podrá aguantar sin trabajo y sin poder acceder al crédito.... ¡para comer! Y si además tenemos que hacer las maletas y abandonar Brasil a cajas destempladas... ¡ni les cuento la que se va a liar!

     Volviendo al Cartel les diré que la cosa ha cambiado mucho en poco tiempo ya que la Normativa Europea nos obliga -ya era hora-  a dar calidad y eficiencia y todo ello a un precio justo. A partir de ahora ya no sirve todo, como antes. La especulación ha dado paso a la profesionalización. El Estado Español ha tenido que pagar grandes cantidades en sanciones por el incumplimiento de estas Directivas que obligan a construir edificios tendentes al ahorro de energía para conseguir un confort estipulado con un mínimo de consumo de energía. A esto se llama calidad. Ha llegado la hora de ponerse las pilas. Construir una vivienda, ya no es como ha sido hasta ahora: "aquí te pillo aquí te mato". Entre otras, el promotor esta obligado a entregarle al comprador un Certificado Energético de la vivienda, regulado por el Real Decreto 235/2013 de 5 de abril.   

El objetivo es llegar a realizar, antes de diciembre del 2020, edificios de consumo de energía casi nula (NZEB).  Los Estados miembros de la CE  fijaron el año 2020 como fecha límite  para combatir el cambio climático y  la disminución de la emisión de CO2 al ambiente, conocido por "20-20-20": reducción del 20% de la emisión de gases de efecto invernadero, elevación de la contribución de las energías renovables al 20% del consumo y la mejora de eficiencia energética en un 20%. Se pretende "llevar a Europa hacia el camino del futuro sostenible, con una economía que genere pocas emisiones de carbono y consuma menos energía".

   Las viviendas que anuncia el Cartel ya tienen que estar diseñadas cumpliendo objetivos de eficiencia energética, estar aisladas del ruido y ser accesibles, entre otras obligaciones. El promotor tiene que entregar al comprador un Certificado Energético que va de la A a la G. Contra más se acerque el Certificado a la letra A, mayor  ahorro energético y más eficiente y valorada será la vivienda. La cosa no es tan sencilla como antes. Ahora hay que vender un producto de calidad, eficiente, sostenible, que  cumplan toda una serie de normas y, además, por un precio razonable. Ya no sirve cualquiera para promover y construir un inmueble de viviendas de las del tipo  A ó B. Mi compañero sabe todo lo que estoy exponiendo y por eso sé que saldrá airoso del trance. Enhorabuena.



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