El estreno en París, de la película “Le plus beua métier du monde” interpretada por Gerard
Depardieu puso al descubierto la situación de los profesionales de la
enseñanza obligatoria en una bella historia de marginación y escuela. Este articulo lo publique en un Programa de Fiestas, hace mas de 20 años.
El título
de la película me sugirió escribir este artículo y hablar de la vida y obra de
un maestro de escuela que, junto a otros como Rafael Martínez el Cabrero y José Pérez, con
escasos medios, impartieron clases a una buena parte de una generación de caudetanos.
Está claro que la enseñanza, y todo lo que la rodea, ha tenido problemas de adaptación desde los tiempos de Sócrates y que cada época
tiene una patología determinada.
Un Editorial de “La Vanguardia”
titulado “El mal de las aulas” ponía de manifiesto que la enfermedad que más ha
aumentado entre el profesorado es la depresión (más de un 30%) siendo las
causas concretas la falta de conexión con los alumnos, dudas sobre a
efectividad de la docencia, falta de autoridad, desdén por la formación humana,
la violencia que se respira, la obsesión por los resultados académicos, una mala
comprensión de la democracia en las aulas e inadaptación de los nuevos métodos
y planes pedagógicos.
Bien seguro estoy que ninguno de los problemas que hoy
afectan a este colectivo y a la enseñanza obligatoria se daban en 1941 cuando
nuestro protagonista se pone a dar clases en las Escuelas de la calle El Hospital (hoy
Centro Social Madre Elisea) después de haber obtenido el N.º 1 de su promoción
en los exámenes celebrados en Albacete.
La precariedad y necesidad de
entonces (conocido era el dicho “pasas más hambre que un maestro de escuela”)
contrasta con la situación anímica de muchos profesores hoy en día. “En
invierno, a veces, no podíamos escribir porque se nos helaba la tinta en los
tinteros”, me decía quien empieza a ejercer de maestro hace ochenta años.
Tan mala es la escasez y la penuria… ¡como la abundancia y el despilfarro! No
obstante, siempre será mejor morir de éxito que no de olvido.
Juan José Esteve Bañón había
nacido el 1 de febrero de 1918 (año de la epidemia gripal y que a tantos
caudetanos afectó) en la calle Nueva, en la casa que era propiedad de Teresa Albalat.
Cursa sus primeros estudios con los Padres Franciscanos de Onteniente. Más
tarde realiza el bachiller en el Luis Vives en Valencia y lo acaba en Yecla.
Durante toda su vida le acompañarán una gran afición a la lectura y una prodigiosa
memoria.
De la quinta del 39, dos años
después de acabada la Guerra, lo destinan a los montes de Asturias donde todavía
le quedaban a Franco algunos focos de resistencia (maquis). Allí conoce a la
que más tarde será su mujer, también maestra, Jesusa Martínez Sánchez hija de
mineros y natural de Mieres.
Esta asturiana, 7 años mayor que nuestro paisano, debía
tener mucho carácter y esto fue lo que convenció a Juan José para enamorarse y traérsela poco tiempo después a Caudete. En unas maniobras los soldados habían ocupado el aula donde ella impartía clases y no la dejarían en muy buen
estado cuando la maestra manda una carta de queja al Cuartel.
El Sargento se había ido de
permiso y le ordena a Esteve que abra la correspondencia por si hay algo
urgente que atender. La carta lo impresiona y él mismo decide
contestarla.
Una emotiva misiva reivindicativa de una simple maestra de pueblo, dirigida a un mando del Ejército, son el origen de unas relaciones que dieron como fruto cinco hijos y una vida entera compartida y
dedicada a la enseñanza.
En 1941 acaba la mili. En octubre se convocan oposiciones restringidas y las aprueba con una puntuación de 14,6 sobre 15
puntos.
Era el Plan para Bachilleres Maestros. Cristóbal Gracia, Secretario
entonces de Falange en Albacete, le llama para darle la enhorabuena: “has
sacado el N.º 1 de tu promoción”. Entonces y ahora, ser número uno, como
veremos, abría muchas puertas.
Por aquellos días presidía la
alcaldía Vicente Azorín Conejero, agricultor de profesión y un Alcalde muy activo. EL Jefe Local de Falange era Francisco Contreras Tornero.
Seguramente que las relaciones entre el Alcalde y el Jefe de Falange no debían
ser lo cordiales que imponía el guion cuando el Gobernador Civil, Ramón Laporta
Girón, tras un enfrentamiento y vísperas de fiestas de septiembre decide relevarlos de sus
cargos a los dos.
Al quedar vacante la Alcaldía, el Gobernador Civil (que era quien ponía y quitaba regidores) piensa
que el que había obtenido el N.º 1 en las oposiciones podría ser un buen Alcalde. No fue impedimento el que nuestro maestro no estuviera afiliado a
Falange.
Al enterarse Juan José que lo
quieren nombrar Alcalde sube a Albacete y le dice a Ramón Laporta: “Yo no sirvo
para eso porque no tengo dotes para mandar”. La guerra había dejado entre los
caudetanos mucho odio y bastantes heridas y represalias.
El Gobernador le contesta: “No
te he llamado para que me des tu parecer. Te llamo para que cojas la vara y
soluciones los problemas de Caudete”. Pocas semanas más tarde, un 12 de octubre
de 1942, Juan José Esteve con 24 años, se hace cargo de la Alcaldía de Caudete y
de la Jefatura de Falange.
El nuevo Alcalde se desplaza a
Madrid, a mediados de noviembre, para hacer unos cursillos de Instructor de
Educación Física. Llega diciembre y en plena II Guerra Mundial los americanos
desembarcan en el Norte de África para atacar Italia por el Sur. El Gobierno
español, que había adoptado la posición de "no beligerancia", moviliza a las
quintas del 38 y 39.
A nuestro joven Alcalde le
sorprende el desembarco aliado en la capital de España. Rápidamente se desplaza
a Albacete a preguntar por su nueva situación al haber sido llamado a filas:
“Dos caminos tienes –le dice el Gobernador– o coges la Alcaldía o te vas a
Puerto Cabras (Lanzarote) a defender la Patria”. No había elección: opta por
seguir con la vara de Alcalde y con la Jefatura del Movimiento, además de la Escuela.
Hasta el 23 de junio de 1945,
cerca de tres años, compartirá las funciones de Alcalde con la de Maestro. En
las "Escuelas del Hospital" impartían clases además de él, José Pérez Gil y
Andrés Naranjo Campos, de Málaga y en el "Grupo Escolar Alcázar y Serrano" Francisco Contreras, Gines Cremades Vicedo, Manual Gimeno y Manuel Maruenda, de Yecla.
Por otra parte, estaban las clases de chicas: en los bajos del Ayuntamiento impartían clases María Carrión, conocida por la
Correcalles (hermana de la estanquera), y otra profesora de San Clemente
(Cuenca), de nombre Felisa.
En la calle del Arco había otras dos aulas. En total,
por aquellos entonces, entre niños y niñas, había unos 200 alumnos matriculados, repartidos en 14 clases. El absentismo era muy alto.
La necesidad hacía que
muchos alumnos tuvieran que ayudar a sus padres, sobre todo en las tareas del
campo. En estos años de posguerra “primero era comer y luego filosofar”. Eran
años difíciles: muchas horas de trabajo y poco pan.
El sueldo de maestro no era como
para hacer milagros: alrededor de 4.000 pesetas al año. La ventaja radicaba en
la seguridad del cobro a final de mes. No se ganaba mucho pero… ¡el sueldo era
seguro!, cosa que no tenía una asalariado del campo.
Fue el Ministro Claudio
Moyano, sería el promotor para que los maestros cobraran del Ministerio, ya que hasta
entonces eran los Ayuntamientos los encargados de pagar el sueldo a los maestros.
Esta disposición mejoró la situación de este sufrido colectivo porque, entonces
como ahora, los Ayuntamientos no iban muy sobrados de fondos para pagar a
finales de mes a los funcionarios.
El Estado asignaba además 40 pesetas
mensuales por aula para dotación de material escolar, cantidad escasa nos dice
Esteve. Recuerda que en el Colegio Alcázar y Serrano no había ningún cristal
sano y dar clases en aquellas condiciones, afirma, era penoso.
En 1997, el APA de este Colegio Público reclamaba una actuación urgente para los ventanales de este edificio, construido en 1928,
siendo Alcalde Federico García Ferrer que sería catalogado como un excelente gestor
municipal.
¿Cómo transcurría un día de este Maestro-Alcalde? A las 12 del mediodía Esteve dejaba el aula y se iba al
Ayuntamiento hasta las 2 de la tarde a resolver asuntos. Igual que ahora,
muchos ciudadanos iban a su casa a pedirle favores, por lo que la sesión era
continua.
Recuerda que un vecino, al verle comer pan de cebada, le dijo:
“aprételes usted a los molineros que para eso es el Alcalde”. El pan de trigo
era un lujo que muchos no se podían permitir. Muchos caudetanos pasaban
hambre. Europa entera estaba en guerra y muchos alimentos y medicinas
escaseaban.
La honestidad, honradez, respeto
y el bienestar de sus conciudadanos estaban por encima de todo para este Alcalde que lo fue más por obligación que por devoción.
Tampoco la economía municipal era
muy boyante: el Presupuesto Municipal en 1943 era de 280.000 pesetas, 1.700 € de ahora (en 1977 de 636 millones, 2.285 veces más grande). Claro que funcionarios había unos
pocos menos que ahora: con Benjamín, el Miguelito, Quiko el alguacil, el de los
Bandos, tres municipales y el Secretario llevaban para adelante el
Ayuntamiento.
El sueldo de funcionario era de 350 pesetas al mes, similar
al de maestro, y el Alcalde tenía asignadas, además de su sueldo, 250 pesetas
mensuales para gastos de representación. De entre los colaboradores con que
contó durante su mandato recuerda con especial cariño a uno de ellos: a Manolo
Bordallo por su extraordinario talento que oficiaba de Secretario particular
suyo.
De su paso por la Alcaldía hay
que destacar su dedicación hacia los más pobres y necesitados, sobre todo a los
que habitaban en las cuevas. No hay que olvidar que lo peor de una guerra es la
posguerra, y esta llegó a hacerse insoportable. “El único consuelo que queda –me decía con orgullo– es haber hecho el bien”.
Durante su mandato se iniciaron las
obras de la Casa Cuartel de la Guardia Civil y se construyó la carretera de
Montealegre. Frente a la Plaza de Toros se encontraba el campo de
fútbol Las Peñicas en mal estado.
Amante del deporte, se encargó de que el
terreno de juego se terraplenara y se vallara. Consiguió poner en marcha el
expediente para que Auxilio Social rehabilitara el edificio que años antes
construyera para asilo José Ruiz Ruiz.
Para ello tubo que enfrentarse al
Delgado Provincial, Ángel Santón, militar profesional de La Roda, que
pretendía esta actividad para su pueblo. Nuestro Alcalde lo amenazó con ir a
Madrid si era necesario.
El edificio estaba a falta de instalaciones. Esta importante obra social se inauguraría siendo ya Juan Revenga Alcalde. También en su mandato se transformó el Juzgado de Paz en Juzgado Comarcal.
El edificio estaba a falta de instalaciones. Esta importante obra social se inauguraría siendo ya Juan Revenga Alcalde. También en su mandato se transformó el Juzgado de Paz en Juzgado Comarcal.
En 1945, el nuevo Gobernador Civil, Francisco Gómez Acosta, mucho más humano y asequible que el anterior, le nombra Secretario del Tribunal de Oposiciones, lo que le obliga a pasar mucho tiempo
en Albacete.
Los disgustos, el tabaco y un
cargo en el que no estaba a gusto le minan la salud y cae enfermo. Aprovecha
esta situación para decirle al Gobernador que lo releve del cargo.
El
Gobernador le acepta la renuncia con la condición de que busque a un sustituto.
Esteve ....no tuvo suerte ya que a quien recomendó no quería sucederle. Se trataba
de una persona culta: Julián Huesca Bañón. Para salir del paso, y desde
Albacete, se pensó para Alcalde en el concejal más antiguo. Este era Francisco
López Cantos.
Confunden el más antiguo con el más viejo y la Alcaldía la
ocupa José García Serrano. Muy dado este pueblo a los motes, se le conocía
como "Pepe el Creído". Poco tiempo después sería sustituido por Juan Revenga.
Su paso por la Alcaldía, que
finalizaba el 23 de junio de 1945, fue calificado por el Gobernador como de
“excelente moralidad y competencia”. ¡Qué mejor pago para un hombre que fue Alcalde de su pueblo por ser el número uno en las oposiciones a maestro!
Desde 1941 hasta el 1 de enero de
1984, fecha en la que se jubila con 66 años, veinticinco direcciones postales
son lo bastante elocuentes de los tumbos que tuvo que dar a lo largo de su
dilatada vida. Desde 1945 hasta 1952 ejerce la profesión en Alpera, población
de la que guarda gratos recuerdos y muchos amigos que fueron alumnos suyos. El que fue Delegado de Cultura, Federico Pozuelo, es uno de ellos.
En 1952 al
producirse una vacante vuelve a Caudete con la plaza en propiedad. Por estas
fechas y con motivo de los estudios de sus hijos, su familia se desplaza a
Albacete. A partir de 1969 cambian la residencia a Alicante.
Hasta 1968, fecha en la que se
pone en marcha el tristemente famoso Instituto de Enseñanzas Medias, en la
Avda. Virgen de Gracia, Juan José, Rafael Martínez y José Pérez impartirán
clases de Bachillerato con notable éxito y un nivel muy alto.
Prueba de ello, eran los buenos resultados que obtenían los alumnos de Caudete, realizando los exámenes de todas las asignaturas del curso ¡en un solo día!. Estos tres profesores tenían fama en Játiva por lo bien preparados que llevaban a sus alumnos a los exámenes.
Prueba de ello, eran los buenos resultados que obtenían los alumnos de Caudete, realizando los exámenes de todas las asignaturas del curso ¡en un solo día!. Estos tres profesores tenían fama en Játiva por lo bien preparados que llevaban a sus alumnos a los exámenes.
Una vez jubilados Juan José y su mujer, repartían su estancia
entre Caudete y Alicante. De justicia es acabar este
artículo expresando el más sincero agradecimiento a todos aquellos maestros y
maestras que ejercieron la docencia con mucha dignidad en una época difícil y en especial a nuestro protagonista: Juan José Esteve.
Por cierto, sería un detalle de buen gusto que algún año de estos la
Corporación se acordara de esta profesión y decidiera que una calle en Caudete
llevara el nombre de alguno de los que desempeñaron, repito, con escasos medios, "uno de los oficios más bellos del mundo"…
Muy buena crónica,salvo un olvido a unas maestras significativas para Caudete y muy recordadas por mi.Ellas fueron,doña Isabel Golf y doña Juana Berenguer,ambas impartieron clases en los bajos del Ayuntamiento.El señor cronista ha mencionado esos bajos,pero diciendo que fueron maestras doña María y otras,pero estás ejercieron su profesion en calle Santa Bárbara,hoy juzgado.Contraste datos señor Chimo Medina,verá que es así.Feliz Año.
ResponderEliminarDía dos de enero del 2020, para poder llegar a mi casa, he de seguir conduciendo haciendo zig zag porque muchos ciudadanos parece que no se han enterado que hay que cambiar los coches de lado al cambiar la zona de estacionamiento, o bien la policía local no se han dado cuenta de ello o no han trabajado hasta entonces. Me pregunto yo, es necesario tener policía en el pueblo para tenerlos solo de servicio para temas de fiestas y alguna mañana? O es culpa de los políticos de turnos lo que toleran las infracciones en este municipio? Es necesario cambiar de lugar de estacionamiento cada 6 meses para esto? Chimo, me gustaría que cogieses la cámara de fotos y dieses una vuelta por el pueblo y que comprobases cómo dos días después, esto es un caos. Sería también interesante que hicieses un ranking de valoración de alcaldes del pueblo para que los usuarios pudiesen votar, y así darle la valoración que se merece al actual alcalde
ResponderEliminarCHIMO ERES LA LECHE, JJJA QUE RECUERDOS, ERES UN CRAK RECUERDO A DÑA. ELISA LA MAESTRA A SU HERMANA PASCUALA Y A SU MADRE TODAS SOLTERAS JJJJJ. SUBIA A VER LA TELE A SU SU CASA Y A COMERRRRRRRRRRR JJJJ NO A BEBER AQUELLA LECHE EN POLVO FELIZ AÑOS A TODOS MIS PAISANOS (PAQUITO?
ResponderEliminarLeyendo éstos relatos de aquella gente que con mucha más honestidad y limpieza que medios, anteponían sus intereses a los de sus vecinos, causan una tremenda envidia aquellos días, al comprobar los muchos y nefastos alcaldes que han venido después de la mano de la democracia. Con esto evidentemente no quiero decir que era mejor el sistema franquista... está claro que la democracia nos ha traído infinitas ventajas, pero ciertamente éste pueblo no ha tenido suerte con lo votado, sobre todo de 15 ó 20 años a ésta parte. Y lo que tenemos ahora mismo... es justo lo contrario del Sr. Esteve Bañón..., la indecencia personificada, mirar por los intereses particulares y el bolsillo particular antes que por sus vecinos.
ResponderEliminarPues eso, mezcla de pena, añoranza, envidia, rabia e impotencia.
No creo que éste alcalde y los últimos tenidos, pasen a la historia por su moralidad, honestidad, por su limpieza en la gestión de lo público, por mirar primero para el pueblo y en último lugar para ellos... Espero que la historia, también les juzgue como merezcan.
En la calle S.Barbara estába D.Felisa si cómo dice Paquito, y su hermana Pascuala allí fueron muchas chicas a la escuela, y en la casa de al lado vivía D.Maria q dio clases en la calle el Arco con D.Vicenta.
ResponderEliminarD.Felisa y D.Maria fueron buenas maestras duras y exigentes. Es verdad íbamos a ver la tele porque eran de las pocas q había en la calle.
Que tiempos aquellos Paquito como los recordamos ehhhhh
En Caudete como en todos los sitios ha habido de todo, bueno y menos bueno.....
En aquellos tiempo no existía el grupo Alcázar y Serrano, era colegio Ruiz Alcázar para niños y Cecilia Serrano para niñas. Yo también recuerdo a doña Felisa su hermana Pascual y a su madre, vivían dónde está ahora el juzgado, casa Marín, tenían la televisión en color, eran en blanco y negro pero le ponían un celofán a la pantalla. Las clases la daba arriba
ResponderEliminarAnonimo 2-01-20 13.30... fe de erratas: donde dice «anteponian sus intereses a los de sus vecinos» debe decir «anteponian los intereses de sus vecinos a los propios»
ResponderEliminarEstupendo chimo el recuerdo. También su esposa Doña Jesusa dió clase en parvulos. Yo fui con ella. Dos excelente personas que tenian la vocación de maestro
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