Ganemos-Caudete celebró el "Dia Internacional de la Mujer" con una charla impartida por Pedro Ortuño Sáez sobre una mujer que le cabe el honor de haber sido la primera que ocupó una concejal¡a en el Ayuntamiento de Caudete en plena Guerra Civil: mayo de 1938. Al acto asistieron mas de 30 familiares (hermanas, hijos, nietos, amigos) de Rafaela que se desplazaron en autobús desde Alicante a la sede de Ganemos donde se impartió la charla. Agradecieron a la Archivera Municipal, Virtudes Navarro, la ayuda que les había prestado.
Un acto sencillo, pero muy emotivo que nos permitió conocer la vida y obra de una mujer extraordinaria que se desvivió por ayudar a los más perjudicados en todas la guerras: los niños. Pedro nos sorprendió por sus dotes artísticas al ser el autor del Cartel de la homenajeada que realizó, dijo, "para resaltar sus ojos azules". Las hijas de Rafaela se emocionaron cuando al final del acto Pedro les entregó el cuadro. Esta es la nota que nos ha pasado Pedro de esta gran caudetana:
"Rafaela Navarro Albertos nacía un 6 de junio de 1915 en Caudete. Su padre, natural de Yecla, era José Navarro Yagüe barbero y practicante de profesión quien se casó con la caudetana Antonia Albertos Serrano. Vivían en la casa que hace esquina entre la calle Las Eras y calle La Huerta.
Un acto sencillo, pero muy emotivo que nos permitió conocer la vida y obra de una mujer extraordinaria que se desvivió por ayudar a los más perjudicados en todas la guerras: los niños. Pedro nos sorprendió por sus dotes artísticas al ser el autor del Cartel de la homenajeada que realizó, dijo, "para resaltar sus ojos azules". Las hijas de Rafaela se emocionaron cuando al final del acto Pedro les entregó el cuadro. Esta es la nota que nos ha pasado Pedro de esta gran caudetana:
"Rafaela Navarro Albertos nacía un 6 de junio de 1915 en Caudete. Su padre, natural de Yecla, era José Navarro Yagüe barbero y practicante de profesión quien se casó con la caudetana Antonia Albertos Serrano. Vivían en la casa que hace esquina entre la calle Las Eras y calle La Huerta.
Rafaela fue la hermana mayor de trece hermanos. Cinco de ellos
murieron antes de que ella cumpliera los veinticinco años. Su hermana virtudes
murió con once años de una grave meningitis y su hermano Juan murió con poco
menos de dos años entre los brazos de Rafaela. Fueron dos muertes que marcaron
mucho su vida; apenas tenía catorce años.
Fue con esa edad con la que comenzó a trabajar en “la Fábrica del
yute”. Era una familia numerosa y los únicos ingresos que entraban a la casa
eran por parte de su padre ya que su madre se dedicaba exclusivamente a cuidar
de sus hijos y de la casa.
A pesar de comenzar a trabajar no abandonó la escuela e iba por las tardes para que las monjas le enseñaran a coser y bordar. En este sentido, cabe destacar que desde muy pequeña, Rafaela Navarro mostró un gran interés por el aprendizaje y la cultura. Nunca decía no a aprender algo nuevo.
A pesar de comenzar a trabajar no abandonó la escuela e iba por las tardes para que las monjas le enseñaran a coser y bordar. En este sentido, cabe destacar que desde muy pequeña, Rafaela Navarro mostró un gran interés por el aprendizaje y la cultura. Nunca decía no a aprender algo nuevo.
Con dieciséis años conoció a Mateo, quien sería el primer amor de su
vida. El único inconveniente que tenían es que él era ocho años mayor que ella.
Tocaba en un grupo musical de cuerda o rondalla. Casi todos los fines de semana
se acercaban hasta la casa de Rafaela y bajo la ventana de su habitación solía
cantarle serenatas. A los tres años de relación, Mateo cayó enfermo. En menos
de un año fallecía. Rafaela quedó con el corazón destrozado... apenas había
cumplido los veinte años.
Se encerró en su casa por lo que comenzó a pasar muchas horas en la
barbería que tenían en la planta baja de su casa ayudando a su padre José Navarro, que era practicante ya que en aquellos tiempos en las barberías se
solían realizar curas, coser heridas, etc.
Cuando algún vecino de Caudete no
tenía suficiente dinero para asistir al médico lo visitaban a él. Por lo general,
era gente humilde con pocos medios que no podía permitirse ese gasto extra por
lo que solían pagarle a base de trueques.
El padre de Rafaela era dirigente en el Partido Comunista de
Caudete, de ahí que le hablara de
política a Rafaela desde muy pequeña. Con veinte años comenzó a tomar una gran
conciencia política y se afilió a las Juventudes Socialistas de Caudete.
Durante esta época se apuntó al Círculo de Teatro de Caudete que consistía en
llevar la cultura de la forma más fácil a las zonas rurales. También escribía
poesía y artículos sobre política para revistas locales de Caudete.
Al año de todo esto, el 18 de julio de 1936, dio comienzo una guerra
que enfrentaría a los españoles: la Guerra Civil. También llegó a Caudete y, aunque no
era zona de mucho conflicto, sí en los alrededores ya que se encontraba en el
punto de unión entre la capital y el levante.
Al poco tiempo se instaló en Caudete un Hospital de Sangre en el
edificio donde hoy se encuentra la residencia de ancianos: Residencia San Juan Evangelista. Consistía en un centro
sanitario de campaña, el lugar donde los soldados heridos acudían a curarse y a
recuperarse para poder seguir en la batalla. A José Navarro, su padre, lo
nombraron como uno de los administradores del hospital.
Rafaela desde un primer
momento se puso a colaborar como voluntaria para realizar curas. A finales de
1936 llegarían heridos de la Brigada 39 de la División 4. Entre ellos se
encontraba Crescencio Rodríguez Bravo, de quien Rafaela se enamoraría nada más
verlo.
Tuvieron un romance durante toda la guerra hasta que lo mataron en
batalla a principios de 1939. Estuvo tres veces en Caudete desde que se
conocieron. La primera vez por heridas en la pierna, la segunda por heridas en
la cadera y brazo y, la tercera, debido a que pidió permiso para casarse con
Rafaela, aunque el padre es ella no aceptó el matrimonio.
Una de las mayores preocupaciones de Rafaela durante la guerra
era la escasez de recursos, sobre todo, de alimentos. Caudete era una población
rural que subsistía a base del cultivo en el campo. Durante la guerra la
mayoría de hombres partieron a filas y no había gente que cuidara las
plantaciones y en consecuencia no había alimentos. Ella sufría de ver ¡cómo
había niños y gente mayor que no tenía nada que comer!.
En 1937, Rafaela solicitó al Ayuntamiento de Caudete un lugar para
instalar un comedor colectivo aprobando prestarle un espacio municipal. Entre
varios vecinos lo improvisaron con mesas, sillas y fuegos. En plena guerra
viajó hasta Valencia para solicitar alimentos al Comité de Ayuda Internacional -
Socorro Rojo Internacional- “en su labor de Ayuda al Niño”. La respuesta fue
positiva por lo que comenzaron a traer alimentos hasta nuestro pueblo para el comedor
que habían puesto en marcha.
El
7 de mayo de 1938, en sesión plenaria del Ayuntamiento de Caudete, Rafaela
Navarro Albertos recibe la credencial de Consejero Municipal, convirtiéndose en
la primera mujer en la política caudetana. Durante su periodo
político desarrolló mucho más las ayudas a la gente que necesitaba recursos
tanto de un bando como de otro y potenció el comedor colectivo.
A principios de
1939 se estaban realizando obras en la cocina, entendiendo con esto que se
estaría realizando una mejor cocina en la que trabajaban dos voluntarias
caudetanas y ella se encargaba de la gestión y la administración tanto del
comedor como del almacén donde se guardaba la comida.
Rafaela entró como Consejero mientras estaba inscrita en las Juventudes Socialistas
Unificadas por el Partido Comunista de España. Después del golpe de Estado de
Segismundo Casado, por no apoyar la continuación de la guerra es expulsada del
PCE mostrando la documentación en el Pleno de 25 de marzo de 1939.
Apenas
unas semanas después terminaba la guerra ganando el bando franquista. Tanto su
padre como ella son denunciados por vecinos de Caudete. Rafaela consigue
escapar de su casa, aunque no tuvo la misma suerte su padre a quien detuvieron y
lo llevaron al calabozo. Rafaela escapó y se escondió en la cambra de una de
sus tías que vivía a pocas calles de su casa. Su padre sería mandado a la
cárcel de Burgos y después a una cárcel de Madrid.
La
tía que tenía escondida a Rafaela hacía comida y lavaba la ropa para
los soldados italianos pertenecientes al régimen fascista de Musolini que
estaban instalados en Caudete después de la guerra. Tener escondida en su casa
a su sobrina era un peligro para toda la familia por lo que habló con los
italianos contándoles la situación y esperando ayuda. Esa ayuda le llegó ya que
fueron los italianos quienes en un camión y entre sacos de patatas llevaron a
Rafaela desde Caudete hasta Alicante.
Al
llegar a Alicante comenzó a servir en una casa de gente adinerada y conoce a
José Pertusa Gil, quien dos años después se convertiría en su marido. La madre
y hermanos de Rafaela se habían quedado en Caudete y morían de hambre por lo
que se fueron a vivir con Rafaela y José al barrio de Santa Cruz (Alicante) en
una casa que apenas tenía dos habitaciones.
Rafaela
trabajó como nadie para sacar a su familia adelante. Fue madre de sus hijas, de
sus hermanos, incluso, de su propia madre. Además de servir en una casa,
también cosía, limpiaba casas y peinaba a las vecinas para intentar conseguir
mantener dignamente a su familia.
A
José Navarro, su padre, de la cárcel de Madrid lo llevaron a la de Murcia donde
sería asesinado con arma de fuego el día antes de salir en libertad, el 6 de
julio de 1944. Tuvo
cinco hijas y un hijo que falleció al nacer.
Finalmente, Rafaela fallecía el 31 de marzo de 2004, con ochenta y ocho años en el Hospital de San
Juan de Alicante".
REFLEXIÓN:
“Rafaela
Navarro Albertos supone la primera mujer concejal del Ayuntamiento de Caudete.
La primera mujer que rompió las cadenas, los estereotipos. La primera mujer que
se plantó ante una sociedad machista y que dio un paso al frente por luchar en
favor de la sociedad, de la igualdad y de la libertad. Una mujer cultural, que
hacía teatro, escribía poesía.
Una mujer social, que se reunía en círculos
sobre política. Una mujer que viajó en medio de una guerra por conseguir ayuda
para su pueblo. Una mujer que por su valentía fue perseguida y tuvo que huir de
su tierra y esconderse en Alicante.
Fue
una mujer que tuvo una juventud extremadamente dura, tanto por la muerte de sus
hermanos, como la muerte de sus dos novios o la misma guerra lo que provocó que
fuera oprimida. A pesar de esto, fue una
mujer que también disfrutó mucho de la vida junto a su familia.
Le encantaba la
lectura, la poesía, la música. Una mujer que hasta el último momento de su vida
luchó por sus ideales, por intentar ver un mundo más solidario y justo. Una
mujer, pero sobre todo, una mujer caudetana digna de homenajear y de que su
nombre quede en la memoria y en la historia de nuestro pueblo.”
Había un pueblo que yo conocía
Pequeño
y bullicioso
Que
en las sombras de su gente se mecía
El
amor y la esperanza que allí había.
Un
huracán lo visitó un día
Y
aquel pueblo que era alegre y jubiloso
Lo
destrozó; sembrando las discordias parricidas
De
seres tan alegres y amorosos
Por
eso yo te miro y no te veo
La
semilla que el huracán había sembrado
Había
perdido la calma de unos días
Que
se quedaron para siempre alejados.
Si
pudieran volver aquellos días
Si
pudieran volver aquellas aguas
A
la fuente cristalina y limpia
Y
pudiera sentir tus aires limpios
Y
pudiera borrar la fantasía
Aquella
luz tan clara que lucía.
Como
las amapolas
Que
aquel campo cubrían
Cerrar
los ojos y ver la paz
Tan
pura que allí había.
Aquel
huracán que vino un mal día
A
truncar las almas de unas gentes
Que
sin malicias ni rencores se querían.
Eran
hermanos de una misma tierra
Y
la ensuciaron calumnias y mentiras
El
huracán con malicia conseguía
Que
los hombres quedaran rotos por la ira
Cuando
pienso que ya no estoy contigo
Tan
lejos he pasado tantos años
Que
la vida yo he pasado sin tu abrigo.
Espero
que los años venideros
Arrojen
flores que traerá la primavera
Cuando
el huracán vencido
Se
quedara en su arranque en la ladera
Podrán
cantar de nuevo los jilgueros
Y
volverán a estar unidos.
Bravo. Eso sí fue un homenaje y no lo que le hizo el alcalde a Elisa Patán, yo creo que se merecía algo mejor.
ResponderEliminarMe alegro por Ganemos y por Pedro que valoren el papel de la mujer y que hayan hecho este descubrimiento.
Siguen haciendo cosas que en Caudete nunca se habían hecho. Espero que sigan así.
Felicidaes a Unidas Caudete, por fin ha hecho algo bueno, aparte de la persecucion a Molla, jajajajaajja
ResponderEliminarLo que es flipante es que en 40 años de democracia, ningún partido se hubiese dignado a buscar sobre su historia local, sobre las mujeres anteriores al franquismo. Y aquí ha estado gobernando el psoe también... Que poca vergüenza.
ResponderEliminarBuena gente mejor política. Seguir así. Un abrazo
ResponderEliminara las mujeres hay que recocerlas, es el tiempo de las mujeres! porque junto a los hombres formamos un universo nuevo y un futuro que progresa por nuestros hij@s y niet@s. un abrazo.
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