miércoles, 13 de marzo de 2019

"Rafaela Navarro Albertos, primera mujer concejala de Caudete en 1938". Charla impartida por el concejal de Ganemos Pedro Ortuño.

  Ganemos-Caudete celebró el "Dia Internacional de la Mujer" con una charla impartida por Pedro Ortuño Sáez sobre una mujer que le cabe el honor de haber sido la primera que ocupó una concejal¡a en el Ayuntamiento de Caudete en plena Guerra Civil: mayo de 1938. Al acto asistieron mas de 30 familiares (hermanas, hijos, nietos, amigos) de Rafaela que se desplazaron en autobús desde  Alicante a la sede de Ganemos donde se impartió la charla. Agradecieron  a la Archivera Municipal, Virtudes Navarro, la ayuda que les había prestado.

    Un acto sencillo, pero muy emotivo que nos permitió conocer la vida y obra de una mujer extraordinaria que se desvivió por ayudar a los más perjudicados en todas la guerras: los niños. Pedro nos sorprendió por sus dotes artísticas al ser el autor del Cartel de la homenajeada que realizó, dijo, "para resaltar sus ojos azules". Las hijas de Rafaela se emocionaron cuando al final del acto Pedro les entregó el cuadro. Esta es la nota que nos ha pasado Pedro de esta gran caudetana:


       "Rafaela Navarro Albertos nacía un 6 de junio de 1915 en Caudete. Su padre, natural de Yecla, era José Navarro Yagüe barbero y practicante de profesión quien se casó con la caudetana Antonia Albertos Serrano. Vivían en la casa que hace esquina entre la calle Las Eras y calle La Huerta.

Rafaela fue la hermana mayor de trece hermanos. Cinco de ellos murieron antes de que ella cumpliera los veinticinco años. Su hermana virtudes murió con once años de una grave meningitis y su hermano Juan murió con poco menos de dos años entre los brazos de Rafaela. Fueron dos muertes que marcaron mucho su vida; apenas tenía catorce años.

    Fue con esa edad con la que comenzó a trabajar en “la Fábrica del yute”. Era una familia numerosa y los únicos ingresos que entraban a la casa eran por parte de su padre ya que su madre se dedicaba exclusivamente a cuidar de sus hijos y de la casa.

  A pesar de comenzar a trabajar no abandonó la escuela e iba por las tardes para que las monjas le enseñaran a coser y bordar. En este sentido, cabe destacar que desde muy pequeña, Rafaela Navarro mostró un gran interés por el aprendizaje y la cultura. Nunca decía no a aprender algo nuevo.
    Con dieciséis años conoció a Mateo, quien sería el primer amor de su vida. El único inconveniente que tenían es que él era ocho años mayor que ella. Tocaba en un grupo musical de cuerda o rondalla. Casi todos los fines de semana se acercaban hasta la casa de Rafaela y bajo la ventana de su habitación solía cantarle serenatas. A los tres años de relación, Mateo cayó enfermo. En menos de un año fallecía. Rafaela quedó con el corazón destrozado... apenas había cumplido los veinte años.

     Se encerró en su casa por lo que comenzó a pasar muchas horas en la barbería que tenían en la planta baja de su casa ayudando a su padre José Navarro, que era practicante ya que en aquellos tiempos en las barberías se solían realizar curas, coser heridas, etc.

 Cuando algún vecino de Caudete no tenía suficiente dinero para asistir al médico lo visitaban a él. Por lo general, era gente humilde con pocos medios que no podía permitirse ese gasto extra por lo que solían pagarle a base de trueques.

El padre de Rafaela  era dirigente en el Partido Comunista de Caudete, de ahí que le hablara de política a Rafaela desde muy pequeña. Con veinte años comenzó a tomar una gran conciencia política y se afilió a las Juventudes Socialistas de Caudete. Durante esta época se apuntó al Círculo de Teatro de Caudete que consistía en llevar la cultura de la forma más fácil a las zonas rurales. También escribía poesía y artículos sobre política para revistas locales de Caudete.
Al año de todo esto, el 18 de julio de 1936, dio comienzo una guerra que enfrentaría a los españoles: la Guerra Civil. También llegó a Caudete y, aunque no era zona de mucho conflicto, sí en los alrededores ya que se encontraba en el punto de unión entre la capital y el levante.

Al poco tiempo se instaló en Caudete un Hospital de Sangre en el edificio donde hoy se encuentra la residencia de ancianos: Residencia San Juan Evangelista. Consistía en un centro sanitario de campaña, el lugar donde los soldados heridos acudían a curarse y a recuperarse para poder seguir en la batalla. A José Navarro, su padre, lo nombraron como uno de los administradores del hospital. 

Rafaela desde un primer momento se puso a colaborar como voluntaria para realizar curas. A finales de 1936 llegarían heridos de la Brigada 39 de la División 4. Entre ellos se encontraba Crescencio Rodríguez Bravo, de quien Rafaela se enamoraría nada más verlo. 

Tuvieron un romance durante toda la guerra hasta que lo mataron en batalla a principios de 1939. Estuvo tres veces en Caudete desde que se conocieron. La primera vez por heridas en la pierna, la segunda por heridas en la cadera y brazo y, la tercera, debido a que pidió permiso para casarse con Rafaela, aunque el padre es ella no aceptó el matrimonio.
    Una de las mayores preocupaciones de Rafaela durante la guerra era la escasez de recursos, sobre todo, de alimentos. Caudete era una población rural que subsistía a base del cultivo en el campo. Durante la guerra la mayoría de hombres partieron a filas y no había gente que cuidara las plantaciones y en consecuencia no había alimentos. Ella sufría de ver ¡cómo había niños y gente mayor que no tenía nada que comer!.

    En 1937, Rafaela solicitó al Ayuntamiento de Caudete un lugar para instalar un comedor colectivo aprobando prestarle un espacio municipal. Entre varios vecinos lo improvisaron con mesas, sillas y  fuegos. En plena guerra viajó hasta Valencia para solicitar alimentos al Comité de Ayuda Internacional - Socorro Rojo Internacional“en su labor de Ayuda al Niño”. La respuesta fue positiva por lo que comenzaron a traer alimentos hasta nuestro pueblo para el comedor que habían puesto en marcha.

    El 7 de mayo de 1938, en sesión plenaria del Ayuntamiento de Caudete, Rafaela Navarro Albertos recibe la credencial de Consejero Municipal, convirtiéndose en la primera mujer en la política caudetana. Durante su periodo político desarrolló mucho más las ayudas a la gente que necesitaba recursos tanto de un bando como de otro y potenció el comedor colectivo. 
A principios de 1939 se estaban realizando obras en la cocina, entendiendo con esto que se estaría realizando una mejor cocina en la que trabajaban dos voluntarias caudetanas y ella se encargaba de la gestión y la administración tanto del comedor como del almacén donde se guardaba la comida.

   Rafaela entró como Consejero mientras estaba inscrita en las Juventudes Socialistas Unificadas por el Partido Comunista de España. Después del golpe de Estado de Segismundo Casado, por no apoyar la continuación de la guerra es expulsada del PCE mostrando la documentación en el Pleno de 25 de marzo de 1939.

Apenas unas semanas después terminaba la guerra ganando el bando franquista. Tanto su padre como ella son denunciados por vecinos de Caudete. Rafaela consigue escapar de su casa, aunque no tuvo la misma suerte su padre a quien detuvieron y lo llevaron al calabozo. Rafaela escapó y se escondió en la cambra de una de sus tías que vivía a pocas calles de su casa. Su padre sería mandado a la cárcel de Burgos y después a una cárcel de Madrid.

La tía que tenía escondida a Rafaela  hacía comida y lavaba la ropa para los soldados italianos pertenecientes al régimen fascista de Musolini que estaban instalados en Caudete después de la guerra. Tener escondida en su casa a su sobrina era un peligro para toda la familia por lo que habló con los italianos contándoles la situación y esperando ayuda. Esa ayuda le llegó ya que fueron los italianos quienes en un camión y entre sacos de patatas llevaron a Rafaela desde Caudete hasta Alicante.
Al llegar a Alicante comenzó a servir en una casa de gente adinerada y conoce a José Pertusa Gil, quien dos años después se convertiría en su marido. La madre y hermanos de Rafaela se habían quedado en Caudete y morían de hambre por lo que se fueron a vivir con Rafaela y José al barrio de Santa Cruz (Alicante) en una casa que apenas tenía dos habitaciones.

Rafaela trabajó como nadie para sacar a su familia adelante. Fue madre de sus hijas, de sus hermanos, incluso, de su propia madre. Además de servir en una casa, también cosía, limpiaba casas y peinaba a las vecinas para intentar conseguir mantener dignamente a su familia.

A José Navarro, su padre, de la cárcel de Madrid lo llevaron a la de Murcia donde sería asesinado con arma de fuego el día antes de salir en libertad, el 6 de julio de 1944. Tuvo cinco hijas y un hijo que falleció al nacer.
Finalmente, Rafaela fallecía el 31 de marzo de 2004, con ochenta y ocho años en el Hospital de San Juan de Alicante".
REFLEXIÓN:

Rafaela Navarro Albertos supone la primera mujer concejal del Ayuntamiento de Caudete. La primera mujer que rompió las cadenas, los estereotipos. La primera mujer que se plantó ante una sociedad machista y que dio un paso al frente por luchar en favor de la sociedad, de la igualdad y de la libertad. Una mujer cultural, que hacía teatro, escribía poesía. 

Una mujer social, que se reunía en círculos sobre política. Una mujer que viajó en medio de una guerra por conseguir ayuda para su pueblo. Una mujer que por su valentía fue perseguida y tuvo que huir de su tierra y esconderse en Alicante.
Fue una mujer que tuvo una juventud extremadamente dura, tanto por la muerte de sus hermanos, como la muerte de sus dos novios o la misma guerra lo que provocó que fuera oprimida. A pesar de esto, fue una mujer que también disfrutó mucho de la vida junto a su familia. 

Le encantaba la lectura, la poesía, la música. Una mujer que hasta el último momento de su vida luchó por sus ideales, por intentar ver un mundo más solidario y justo. Una mujer, pero sobre todo, una mujer caudetana digna de homenajear y de que su nombre quede en la memoria y en la historia de nuestro pueblo.”













"CAUDETE, nuestro pueblo", de Rafaela Navarro

Había un pueblo que yo conocía
Pequeño y bullicioso
Que en las sombras de su gente se mecía
El amor y la esperanza que allí había.

Un huracán lo visitó un día
Y aquel pueblo que era alegre y jubiloso
Lo destrozó; sembrando las discordias parricidas
De seres tan alegres y amorosos
Por eso yo te miro y no te veo

La semilla que el huracán había sembrado
Había perdido la calma de unos días
Que se quedaron para siempre alejados.

Si pudieran volver aquellos días
Si pudieran volver aquellas aguas
A la fuente cristalina y limpia
Y pudiera sentir tus aires limpios
Y pudiera borrar la fantasía
Aquella luz tan clara que lucía.

Como las amapolas
Que aquel campo cubrían
Cerrar los ojos y ver la paz
Tan pura que allí había.

Aquel huracán que vino un mal día
A truncar las almas de unas gentes
Que sin malicias ni rencores se querían.

Eran hermanos de una misma tierra
Y la ensuciaron calumnias y mentiras
El huracán con malicia conseguía
Que los hombres quedaran rotos por la ira

Cuando pienso que ya no estoy contigo
Tan lejos he pasado tantos años
Que la vida yo he pasado sin tu abrigo.

Espero que los años venideros
Arrojen flores que traerá la primavera
Cuando el huracán vencido
Se quedara en su arranque en la ladera
Podrán cantar de nuevo los jilgueros
Y volverán a estar unidos.


5 comentarios:

  1. Bravo. Eso sí fue un homenaje y no lo que le hizo el alcalde a Elisa Patán, yo creo que se merecía algo mejor.

    Me alegro por Ganemos y por Pedro que valoren el papel de la mujer y que hayan hecho este descubrimiento.
    Siguen haciendo cosas que en Caudete nunca se habían hecho. Espero que sigan así.

    ResponderEliminar
  2. Felicidaes a Unidas Caudete, por fin ha hecho algo bueno, aparte de la persecucion a Molla, jajajajaajja

    ResponderEliminar
  3. Lo que es flipante es que en 40 años de democracia, ningún partido se hubiese dignado a buscar sobre su historia local, sobre las mujeres anteriores al franquismo. Y aquí ha estado gobernando el psoe también... Que poca vergüenza.

    ResponderEliminar
  4. Buena gente mejor política. Seguir así. Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. a las mujeres hay que recocerlas, es el tiempo de las mujeres! porque junto a los hombres formamos un universo nuevo y un futuro que progresa por nuestros hij@s y niet@s. un abrazo.

    ResponderEliminar