Yo sé que esta palabra está mal vista porque la pide ETA y la ha pedido matando y asesinando. Pero si uno lee la literatura de la izquierda se da cuenta de que el derecho de autodeterminación es algo que han defendido siempre socialistas, comunistas y anarquistas.
A los compañeros del PSOE hay que recordarles su tradición federal, y a mis camaradas comunistas que nuestra tradición es federal, y a los anarquistas, más de lo mismo, ya que Pi y Margall llegó a ser Presidente de la Primera República.
A los compañeros del PSOE hay que recordarles su tradición federal, y a mis camaradas comunistas que nuestra tradición es federal, y a los anarquistas, más de lo mismo, ya que Pi y Margall llegó a ser Presidente de la Primera República.
Esta tradición teórica sobre el derecho de autodeterminación dice lo siguiente: España, el problema que todos los días estamos viendo en torno a los vascos, catalanes, gallegos y demás, es muy viejo, tiene unos trescientos años y si no ha surgido antes ha sido porque fueron callados a sangre y fuego por las dictaduras; me refiero a las de Primo de Rivera y a la de Franco.
Pero nos podemos encontrar en documentos de 1892 con las bases de Manresa al catalanismo pidiendo cosas que hoy nos parecerían tremendas incluso para el señor Carod Rovira. Pero es que Alfonso XII, vencedor de los carlistas, a la hora de los impuestos les dice a los de Navarra que no van a pagar lo mismo que el resto de los españoles, y esto ocurrió mucho antes de la democracia, incluso antes de Franco.
El propio Franco ofreció a las provincias vascongadas, que entonces se llamaban así, un sistema distinto de pagar los impuestos. No ha sido cosa de la democracia. Lo que significa que esto que llamamos España tiene un problema que ha durado siglos.
No es una verdad histórica que con los Reyes Católicos llegase la unidad de España. Los Reyes Católicos se unieron como el que une dos cortijos, pero los cortijos siguieron con sus apeadores, sus sistemas de labranza y sus impuestos propios.
Después había un reino musulmán que era tan español como el de los Reyes Católicos, y aquí llamo la atención porque tan españoles eran los que hablaban en árabe e invocaban a Alá como los judíos que hablaban de Sefarad e invocaban a Yaveh.
Después había un reino musulmán que era tan español como el de los Reyes Católicos, y aquí llamo la atención porque tan españoles eran los que hablaban en árabe e invocaban a Alá como los judíos que hablaban de Sefarad e invocaban a Yaveh.
Eran igual de españoles que los que hablaban de Dios y Jesucristo, porque el problema que hemos tenido en nuestra historia y hoy estamos pagando es que se ha confundido unidad con unidad católica. Hemos sacado la religión de donde debía de estar y la hemos llevado a la política, pero la unidad política no debería tener nada que ver con la unidad católica de la que habla la Iglesia.
Para resolver este problema de la unidad de España necesitamos abrir un debate en donde todos tengan la oportunidad de intervenir, un proceso de discusión donde nosotros queremos defender el derecho de autodeterminación. ¿En qué consiste este derecho?
Consiste en que los ciudadanos de una población, en nuestro caso de una parte de España, puedan decidir si forman otro estado porque desean la independencia. Esto suscita dos cuestiones.
Consiste en que los ciudadanos de una población, en nuestro caso de una parte de España, puedan decidir si forman otro estado porque desean la independencia. Esto suscita dos cuestiones.
La primera: ¿por qué vemos siempre el derecho de autodeterminación como algo peligroso? Yo puedo asegurar que hoy, y me puedo equivocar, que si mañana votasen vascos y catalanes en un referendo sobre la independencia el resultado sería la continuidad de la unidad de España. Pero tenemos miedo, un miedo espantoso. Al nacionalismo separatista, que tiene derecho a votar y a expresarse como cualquier ciudadano.
En el momento en que le hagamos como en el póquer y pongamos las cartas sobre la mesa se viene abajo, porque hay más de un sesenta por ciento de la ciudadanía vasca que pediría estar en la unidad con España.
¿Por qué vemos siempre el derecho de autodeterminación pensando en el otro y no pensando en nosotros, ahora que aún podemos ganar esta partida? Después veremos si no le perdemos el miedo.
¿Por qué vemos siempre el derecho de autodeterminación pensando en el otro y no pensando en nosotros, ahora que aún podemos ganar esta partida? Después veremos si no le perdemos el miedo.
Está faltando en España una política de puñetazo en la mesa, no para imponer, si no para decir: “pueblo, hablad”. Por eso explicaba antes, que el pueblo tendrá que mojarse, y las personas que se quedan en su casa y no quieren saber nada tendrán que ir a votar para decir qué es lo que quieren.
Porque muchas veces, el lastre que tenemos en España es el llamado partido del miedo, que no va a ninguna manifestación, que no va a nada, pero que cuando hay excesos, se calla. Este partido tiene que salir a la calle y plantear qué es lo que quiere; eso sí, en condiciones de paz.
Porque muchas veces, el lastre que tenemos en España es el llamado partido del miedo, que no va a ninguna manifestación, que no va a nada, pero que cuando hay excesos, se calla. Este partido tiene que salir a la calle y plantear qué es lo que quiere; eso sí, en condiciones de paz.
Ese derecho de autodeterminación visto desde el punto de vista de los que aspiramos a un estado en el que todos quepan, es un acto de voluntad como aquél que se dio el 14 de Abril de 1931. Porque no ha habido otro. A los españoles siempre nos han hecho la política desde el Estado, y la última vez fue con la Transición.
POSDATA.- Este escrito es un resumen de la conferencia titulada: “La España federal y la Tercera República”, pronunciada por el señor Julio Anguita en Molina de Segura (Murcia) en 2006.
Apunto, que sobra decir que el señor Anguita se ha expresado con la claridad, la evidencia histórica y el rigor práctico y sencillo que siempre ha tenido en su carrera política. Es un escrito que a pesar de los años en que se pronunció sigue vigente en la actualidad.
A mi entender, Julio Anguita y Joan Manuel Serrat son dos personas, uno con sus canciones y coherencia, y otro con una lucidez envidiable (a pesar de las burlas vertidas contra él), consiguen que un servidor lleve gratamente emocionado desde hace muchos años.
Redundando con el señor Serrat, les traigo una canción ligeramente “verde” para la época (1969). Su título es “Poco antes de que den las diez”, pertenece al disco “La paloma”. La canción es una pincelada sociológica de notable audacia temática. Se refleja con maestría el corsé de aquellos tiempos que había entre la generación de los padres y de los hijos.
Aquí están presentes las ansias de libertad de la juventud, el deseo de amar sin restricciones morales, del sometimiento a los horarios, frente al modelo trasnochado de la estructura familiar de la educación franquista.
Te levantarás despacio
poco antes de que den las diez
y te alisarás el pelo
que con mis dedos deshilé,
y te abrocharás la falda,
y acariciarás mi espalda
como un "Hasta mañana",
y te irás sin un reproche,
te perderé con la noche
que llama a mi ventana,
y bajarás los peldaños
de dos en dos, de tres en tres.
Ellos te quieren en casa
poco antes de que den las diez.
Vete.
Se hace tarde.
Vete ya...
Vete ya.
Y en el umbral de mi puerta
poco antes de que den las diez,
borrarás la última huella
que en tu cara olvidé.
Y volverás la cabeza
y me dirás con tristeza
"Adiós" desde la esquina
y luego te irás corriendo,
la noche te irá envolviendo
en su oscura neblina.
Tu madre abrirá la puerta,
sonreirá y os besaréis.
La niña duerme en casa...
y en un reloj darán las diez.
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