Los promotores de esta vivienda eran una familia de Barcelona que a través de un caudetano compraron el terreno y, hace unos 20 años, se embarcaron en la construcción de esta Masía como ellos le llamaban. La mujer sufrió un infarto y, al no poder desplazarse a Caudete, decidieron venderla.
Si a quien la compró le fueron mal las cosas, es muy posible que el Banco se hiciera con la propiedad. Al estar deshabitada, desde un tiempo a esta parte, ya han empezado a entrar a sustraer todos los elementos metálicos como la barandilla, ventanas de aluminio, chimenea, bañera... Se han llevado también la puerta metálica de entrada a la parcela y, desde una ventana, es fácil acceder al interior.
El Arquitecto fue Jorge Quinquer y a mí me encargaron la Dirección de Obra de esta vivienda que levantó un constructor caudetano. Al entrar esta mañana a realizar unas fotos me ha dado una sensación de tristeza y al mismo tiempo de rabia e impotencia.
¡Con el sacrificio que cuestan hacer las cosas para que acaben así!. Es duro digerir lo que esta ocurriendo. Cuando los amantes de lo ajeno se ceban en una propiedad ajena ....acaban destrozándola entera.
Cuesta asimilar que esto se haya generalizado y que estoicamente tengamos que admitirlo como cosa normal. Si hay quien compra elementos metálicos usados es porque alguien esta dispuesto a robarlos y a venderlos por lo que le den.
Algunos mercadillos son receptores de muchos de este tipo de materiales. Es una cadena que debería estar intervenida, controlada y cortada. Es duro acostarse pensando...¡cuando me tocará a mí!
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