El pasado 21 de marzo se celebró el Día Internacional de la Poesía, jornada en que la Biblioteca Municipal "Ana María Matute" aprovechó para realizar una serie de actividades e impulsar y preservar este género lírico. Uno de los actos destacados de la conmemoración tan especial fue la visita del joven poeta Constantino Molina Monteagudo, quien nos regalo profundas reflexiones sobre las grandes y pequeñas cosas de la vida escritas en poemas.
La conmemoración contó con la participación de diferentes clubes de lectura y demás lectores interesados en este género que incluyó la realización de un mural y la creación novedosa de una maceta cuyos pétalos contenían poemas de Gloria Fuertes, una de las primeras poetisas españolas que salió de un sistema en el que a las mujeres no se les permitía que escribieran, opinaran y mucho menos recitarán poesía.
Luego de que en este 2017 son varias las efemérides literarias que se celebran, una de ellas el Centenario de Gloria Fuertes, el quince Aniversario de los Clubes de Lectura de la Biblioteca Pública Municipal Ana María Matute y conmemoración de este Día Internacional, el pequeño homenaje culminó con la visita del poeta albacetense Constantino Molina, quien ha sido galardonado con el Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Poesía Joven ‘Miguel Hernández’ correspondiente a 2016 por la obra "Las ramas del azar".
Muy cercano a la gente, el joven nos habló de su pasión por la poesía, de su trayectoria profesional y laboral que nada tienen que ver con la labor literaria. Molina en una de sus intervenciones destacó la gran labor que se realiza desde los clubes de lectura de Caudete, señalándolos como un referente cultural digno de imitar en otras localidades.
El poeta albacetense, natural de Pozo Lorente, seleccionó y compartió con los presentes algunos de sus poemas que ayudaron a que conectara mejor con el público, además nos platicó que combina su pasión por la poesía con otros oficios. Dijo, la poesía es la pulsación de un sentimiento, es la vida misma y deja al alma al descubierto, pero para desarrollarla se necesita tiempo y técnica.
Reconoció que los niños son muy receptivos a la poesía, por lo que recomendó acercarles una minuciosa selección de poemas que las permita disfrutar de la magia de palabras. Constantino Molina afirmó que no cabe duda que si escuchamos y miramos todo con atención, encontraremos poesía.
Aquí les comparto uno de los poemas que nos recitó en el Museo de la acuarela "Rafael Requena" en esa tarde tan especial que concluyó con la firma de algunos de sus poemarios. Será en breve que dichos ejemplares se podrán adquirir en la Papelería Lápiz y Papel. El acto terminó con el regalo que a Constantino le hizo María José Moreno, Directora de la Bibiloteca, de un libro de poemas del poeta y Maestro de Escuela caudetano Pepe Amurrio.
CANCIÓN DEL MUNDO
Si alguna vez callásemos
como callan los árboles, las nubes
y las piedras, podrían escucharse
los árboles, las nubes y las piedras.
También en estas cosas se escucha una canción.
Y desde su silencio nos invitan
a creer en la voz que sin verbo habla.
Así,
mientras alguien fabula estrategias que calmen
su incertidumbre,
un lúgano le canta a la mañana
y el cielo le regala los colores del bosque.
Mientras alguien disfraza con plegarias su miedo,
un milano dibuja su vuelo entre las nubes
y esparce libertad.
Y mientras alguien busca con palabras
la respuesta que salve su alegría,
la primavera llega, tan callada,
y expande los secretos de la dicha.
El mundo nos entona su canción.
Una canción en blanco,
sin dictado ni acorde, sin ciencia ni conciencia,
que de la nada viene y en todo se refleja.
Basta callar, dejar cantar al mundo
y oír su voz fugaz para entenderlo.
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