Óscar de Caso es un madrileño que trabaja en Villena y que lleva viviendo en Caudete como una docena de años. Entre sus aficiones están la fotogafía, las canciones de Joan Manuel Serrat, la poesía de "denuncia social" y la política. Me ha hecho llegar tres artículos relacionados con la situación política actual con los siguientes títulos: ¿Quienes son el partido Ciudadanos?, ¿Qué es la izquierda? y ¿Quienes son los 7 millones de votantes del Partido Popular? Les dejo con el primero de ellos que habla del partido fundado hace 10 años por Alberto Carlos Rivera Díaz, más conocido por Alvert Rivera (Barcelona, 1979).
Ciudadanos es
la versión amable del PP. Son los mismos actores, que se quitan unos trajes
acartonados, se ponen un polo de Lacoste y sonríen, sonríen mucho. No hay
cuestionamiento estructural del sistema. No hay plan de rescate inmediato al
ciudadano. No les interesan las dificultades de la gente, solo intentan limpiar
el rostro feo de lo que tenemos. En Ciudadanos no vamos a encontrar ningún tipo
de confrontación con los sectores energéticos, ni políticas radicales para que
no suba la factura de la luz o para que los bancos reciban menos ayudas.
No
encontraremos en Ciudadanos un cuestionamiento de una reforma laboral que
entrega a miles de jóvenes a los empresarios en condiciones de mano de obra
esclava. Hay un esfuerzo por presentar a Ciudadanos como la cara amable de lo
mejor que tuvimos. Por eso tienen todo el apoyo el mundo empresarial, que
quiere "que todo cambie para que las cosas sigan en su sitio". Pero no es cierto:
Ciudadanos viene –en el caso del Sr. Rivera-
de militar en Nuevas Generaciones, de ser los cachorros del PP.
Ser de centro
es renunciar a radicalizar –ir a la raíz-
cualquier conflicto. El carnet de buen centrista se logra rebajando
intensidad a la confrontación. ¿Conflicto capital y trabajo? Fuera. Siempre los
ha habido. No hay que exagerar. ¿Conflicto entre razas o pueblos? Bueno, no se
puede negar que somos distintos. Para ser
centrista hay que quitar hierro a los conflictos. Hay que despolitizar, hay que
buscar el consenso.
Para ser de
centro tienes que entender –y comprender e, incluso apoyar- las razones de la
parte poderosa del conflicto. El centro ha tenido plausibilidad solamente
porque el bipartidismo de la política ha dado pie a pensar en formaciones
bisagra. El centrismo es un paso más en la despolitización de la política, otra
palada en la tumba cavada con la pretensión de enterrar los asuntos políticos
bajo soluciones presuntamente técnicas.
El centro es
el lugar de los que no quieren problemas y, otra vez con la tentación de la
inocencia, quieren parecer mejores de lo que son. El centro es una manera
cómoda de no tomar partido, en el caso de que se tome, de hacerlo sin mucha
fuerza y convicción. El centro parece un sitio de justicia y, sin embargo, se
convierte en un vergonzante espacio de apoyo a los verdugos. Cuando hay
víctimas, no puede haber negociación ni comprensión hacia el poderoso.
El centro
tendría sentido si la política necesitara la intervención de un tercero en una
discusión entre dos locos. Dicen que
ante un pelotón de fusilamiento, el reo, antes de que los disparos se clavaran
en su cuerpo, gritó al aire: ¡Viva el centro¡ Pero hay profundas sospechas
acerca de la veracidad de ese relato. "A nadie lo fusilan por ser de centro".
"Pueblo Blanco", de Serrat. Se la dedico a este insigne colaborador por tirarse
al ruedo político con su acertado análisis....
"Pueblo Blanco", de Serrat. Se la dedico a este insigne colaborador por tirarse
al ruedo político con su acertado análisis....
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