Con motivo del 50 aniversario de la inauguración del Concilio Vaticano II, Benedicto XVI proclamó el Año de la Fe
que, desde el 11 de octubre del 2012, se prolongará hasta el 24 de noviembre del
2013. El actual Papa Francisco ha invitado a todos los "fieles a proclamar la fe públicamente saliendo a las plazas y
manifestarla sin miedo declarando que la
nueva evangelización es tarea de todos
los miembros de la Iglesia. Si la Iglesia permanece cerrada envejecerá". Ramón
Maneu, párroco de Santa Catalina y San
Francisco, siguiendo el mensaje del Papa, programó para este
tiempo Pascual una serie de encuentros en el
Paseo Luis Golf como el celebrado la pasada semana y ayer a partir de las 13 horas,
encuentros que se repetirán cada domingo
hasta el 5 de mayo. Son momentos difíciles los que la sociedad esta
atravesando debido a la pérdida de calidad de vida, de valores y la fe y esperanza en muchos gobernantes corruptos responsables directos de una grave crisis económica que ha puesto
en riesgo el futuro de mucha gente, sobre todo mayores y jóvenes a los que no les
queda otra opción que emigrar a otros países en busca de un futuro mas
prometedor. Por eso ha sido tan bien acogido, en este momento, el giro que le ha dado a la
Iglesia el nuevo Papa de origen argentino con gestos de humildad y sinceridad muy lejos del boato, lo superfluo y el oropel, gestos que estan revolucionado los cimientos de esta
dos veces milenaria institución y que sin duda le da a la Iglesia una dimensión menos protocolaria y mas humana. El
sucesor de Benedicto XVI ha llegado en
el momento mas oportuno. Ha llegado cuando el amor al prójimo y la fe de la sociedad en general cotizan muy por debajo de las acciones
de Bankia en Bolsa. Este Papa tiene el don de haber caído bien hasta
a las personas no creyentes. Es un verdadero ejemplo de austeridad a seguir por otros mandatarios. En un ambiente festivo, distendido y bajo un calor casi veraniego, Francisco
Conejero fue el encargado de dirigir la palabra a los presentes. Lo hizo de forma enérgica, con
entusiasmo y, sobre todo, con convicción.
Habló de la fe con ejempos como el Job, Abraham, San Pablo y su propia
experiencia. Entre otras cosas dijo: “…..yo también he
experimentado un cambio en mi vida y
por eso doy la cara por Jesucristo. Soy farmacéutico y ahora estoy haciendo otra carrera mas importante todavía como es "la de
la vida". Tienen que tener en cuenta que la fe no es una entelequia, sino una
vivencia personal. La Fe es lo más
importante que la Iglesia nos ha dado ya que por ella obtenemos la vida eterna y tenemos la obligación de trasmitirla a
nuestros hijos, cosa en la que hasta ahora hemos fallado. Porque la fe nos
salvará. Os invito a todos a participar de esta alegría y os emplazo en este mismo sitio para el próximo domingo”.
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