Hay quien sigue añorando el anterior monolito. La anécdota del himno.

Hay reformas y
cambios que son rápidamente aceptados por el público. Otros,
ustedes lo saben, cuestan mas aceptarlos y digerirlos. Es normal, si tenemos en
cuenta que la media de los mortales
somos de costumbres fijas. Existen
muchos ejemplos. Creo que dos de los más ilustrativos los tenemos, uno en el Museo Guggenheim de Nueva
York, obra del genial Arquitecto Wrigth
y el otro en la Torre Effiel de París, torre que lleva el nombre del ingeniero que la diseñó y la construyó. Las dos obras tuvieron en sus inicios muchos
detractores y muchas críticas. Hasta hubo manifiestos en contra. Hoy, son iconos de estas dos ciudades.
Salvando las distancias, con el nuevo monolito
que se ha colocado en medio del Paseo
Luis Golf se nos presenta un caso similar. He podido comprobar que mucha
gente aplaude el busto de D. Luis pero, acostumbrados al anterior, no ocurre lo mismo con el nuevo bloque de mármol, al que observan con cierto
escepticismo y extrañeza. Tenemos que tener en cuenta que cuando se inició el diseño del busto, no estaba previsto en el guión el cambio de la "peana". De ahí la desproporción entre bloque y busto resultado de la falta de programación. Esto no quiere decir que
mañana el diseño, forma y color de este monolito se exporte a otros
pueblos. Hoy, repito lo que dije, no levanta pasiones a favor. Es lógico que no acabe de ser
aceptado. Un colectivo en especial añora el anterior ya que era un lugar de reunión y descanso. Me refiero en concreto a los ancianos. La foto plasma el encuentro que
se producía entre el monolito y los más
viejos. Considero que no ha sido acertado el cambio por las razones que ya expuse. No voy a entrar en la diatriba de que se ha llevado a cabo porque "todo nos
lo han regalado" por la sencilla razón de que no se ajusta a la verdad. Dejémoslo en "casi
todo". No quería acabar sin hacer mención a la
anécdota del himno. En un principio se había programado un acto de inauguración mas sencillo y sin banda de música. Pero, ya que se llamó a la Banda para que
actuara, pienso que el himno El Caudetano, del maestro Juan Ángel Amorós, era más apropiado para este menester que el himno Nacional. Son muchos los que coincidían con esta apreciación. Así se lo hicieron saber al
Alcalde que debió zanjar el asunto aplicando la conocida teoría "donde hay patrón no manda marinero.
Vamos que, mas o menos, vino a decir que como era la autoridad, se tocaba el himno que él
dijera. Muchas veces se queda mejor,
querido Alcalde, dejándose aconsejar. Hágame caso. Cada
cual tiene sus gustos y sus querencias. La belleza …la belleza es subjetiva y,
sobre gustos, no hay nada legislado. ¡Quien nos puede garantizar que mañana no le pasa al
nuevo monolito lo mismo que en su día le pasó al Museo de Nueva York y a la Torre de París! Es el tiempo, en estos casos, quien da o quita la razón. La anécdota del himno.... queda para los historiadores locales.
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