El ciudadano lleva las de perder frente a las molestias por ruidos. Del poco interés que le pone el Alcalde para atender las quejas del personal.

      "Vivir al lado de un local (guarida, bar, restaurante..) que genere ruidos, puede llegar a desquiciar a una familia". Esto, es lo que me decía el otro día una vecina que padece los ruidos que se generan, ¡no dentro del bar que hay bajo de su casa!, sino en la calle: peleas, gritos, broncas....

      Pero.... siendo grave, esto no es lo más grave. Lo más descorazonador es el poco interés que el Ayuntamiento pone para mitigar estos daños para que el vecindario pueda descansar. 

     Un ejemplo del desinterés: una concejala que, cansada de tanto mareo, se cambio de vivienda porque donde vivía, cerca de un local donde se celebran actos,... ¡era imposible tener tranquilidad!.

      Esta vecina también me hacía saber que lleva más de tres años intentando que el Ayuntamiento tome cartas en el asunto. "En lo que va de año, dice, ya he ido cuatro veces al Ayuntamiento. He hablado con el Alcalde, concejales, oposición y técnicos.  

  Para más desazón, el técnico todavía no ha medido el nivel de ruidos. El día que pretendía medirlo era invierno y ese día no había gente en el bar para que pudiera ser significativa la medición". 

     Otro efecto colateral es que si esta vecina pusiera mañana su piso en venta, ¡nadie se interesaría por él!. Sufrir molestias por ruido es uno de los elementos que más influye para que se deprecie una vivienda. Algún vecino, aburrido,se ha colocado aire acondicionado para cerrar las ventanas y así poder tener una poca de tranquilidad.

  "¿Por qué tengo yo que hacer una inversión en colocar una instalación cuando me asiste el derecho a la tranquilidad?", dice esta vecina que acaba manifestando "....lo que tiene que hacer el Alcalde es tomarse esto más en serio para darle solución a los problemas que venimos sufriendo la comunidad". Pagar el impuesto del IBI ¡por disfrutar una vivienda y no poder vivir en ella!....tiene que ser duro. ¡A nadie que le pase!

     He contado el problema de esta chica. Pero, queridos amigos, podría contar otros similares que ocurren con mucha frecuencia. Por ejemplo, el de la Plaza del Carmen. 

      Un local puede estar perfectamente insonorizado. El problema, sobre todo en verano, es que la clientela está en la calle causando molestias, en muchos casos, hasta después de haberse cerrado el local. 

     Ahí, que es donde le duele al enfermo....¡no se incide! quedando el contribuyente huérfano y desamparado ante una Administración Local que, fiscalmente funciona muy bien para cobrarnos impuestos, pero, socialmente ¡muy mal para atendernos!. Señor Alcalde: ¡no sabe usted la de puntos que ganaría si se tomara este asunto más en serio!.