“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
Horacio Verbitsky, periodista y escritor argentino
Comunicado Importante

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Por eso nos hemos visto obligado a crear un nuevo blog para poder seguir exprensándonos de forma libre. Aquí está la nueva dirección.

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martes, 1 de noviembre de 2016

"Pedro Sánchez Pérez-Castejón ¡Socialista!". Óscar de Caso analiza la crítica situación del socialismo tras la dimisión del Secretario General del Partido Socialista.

                                 
          En estos últimos tiempos en que el término “socialista” se desvanece de las siglas PSOE, como en su día sucedió con el adjetivo “obrero”, es delicioso encontrarse con la imagen y con las palabras de un alto dirigente socialista hablando en el televisor con mucha sencillez y claridad de lo que viene a ser cosa muy rara de encontrar entre la cúpula del socialismo español: coherencia.

          Como viene ocurriendo en el socialismo, caracterizado desde hace mucho tiempo en cambiar de opinión cada diez minutos; paso, diccionario en mano, a comunicarles a estos responsables la segunda acepción de la  palabra coherencia: “Actitud, lógica y consecuente con los principios que se profesan”.

          Comenzando desde este criterio, las declaraciones que formuló ante el señor Évole y las acciones previas a este día son un evidente y plausible demostración de coherencia, acertada o no (yo estimo que sí, pero ya se verá), pero siempre muy de agradecer y felicitar.

          Aseguró, como ya sospechábamos algunos, que determinados partidos políticos eran una cuerda de transmisión de los deseos de  “los mercados”; lo que toda la vida de dios se han llamado “los ricos”. Dio un nombre propio al respecto para que los espectadores avispados buscaran en las páginas salmón de cualquier diario el nombre del resto de los forajidos.
          Hizo un acto de contrición que le congratula muy mucho al confirmar que erró al tachar de populista a Podemos. Y vino a exponer lo que cualquier socialista que conserve todavía el sentido común: un socialista con denominación de origen y estando en posesión de su sano juicio, con quien tiene que tratar de ponerse de acuerdo, pactar, ceder, negociar acuerdos, traspasar líneas rojas, etc; es, sin duda, con alguien que tenga ideas , deseos, criterios, afinidades parecidas a las propias; en ningún caso con agrupaciones políticas que fehacientemente puedan ser corruptas, practiquen el soborno como moneda de pago, defrauden a la Administración Pública con libros de contabilidad paralelos, etc...

          Otra justificación de coherencia del señor Sánchez de profundo socialismo  supone la decisión de viajar por las “Casas del Pueblo” de España para intentar hacerles comprender a simpatizantes, afiliados y todas aquellas personas que tengan curiosidad por escuchar lo que para él  supone ser socialista; y no lo que ha ocurrido desde que cayó el Muro de Berlín, al quedar la socialdemocracia como el único referente de la izquierda frente al capitalismo, la socialdemocracia tenía una tarea tremenda: ser un referente del anti capitalismo, no en el sentido negativo de antes, sino con otra política. Y ha fracasado palmariamente.

          Creo que vino a decir que los auténticos defensores del socialismo deberían de hacer una revolución (no se alarmen benditos lectores) de creatividad. La de aquellos que puedan conseguir apoyos para el cambio sin hacer del susto un escudo al servicio de los privilegiados.
          Para que el miedo cambie de bando hace falta mucha inteligencia, no simple fuerza bruta. En vez de hablar sin más de la debilidad dentro de la correlación de fuerzas, entrar en las grietas del sistema. En vez de gritar enfadados, situarse en una hipótesis de victoria que genere optimismo. En vez de dar al pueblo lo que ya no le puede dar el sistema del partido, elevar el tiro y construir un modelo más decente que exija corresponsabilidad. No resistir, ¡crea!

  Poner a dialogar a las tres almas que el señor Monedero cree que debe tener la izquierda: revolución, reforma y rebeldía, a ver si esta comunión convoca nuevos espíritus santos. Si la izquierda revolucionaria cayó en el culto de la violencia, si la izquierda reformista cayó en el culto a las instituciones, si la izquierda rebelde cayó en el culto a la indisciplina y al desprecio por lo logrado, el necesario encuentro de estas tres almas de la izquierda reinventa las formas de lucha y reclama poner fin a su divorcio.

          Hay que saber que los nuevos socialistas de verdad tienen que saber hacer un proceso constituyente que gane más corazones que diez huelgas generales. Teniendo en cuenta que si se olvida la historia, ésta, inexorablemente vuelve a repetirse, recordando que: cuando la calle cede, regresa al pasado. Y, por favor se lo pido señores socialistas: no ofender el sentido común de la gente.

          Es casi imprescindible para el corazón, acabar endulzando estas letras con otras mucho más deliciosas y sensibles. Para ello colocaré un poema de uno de los maestros que me hacen llorar de felicidad al leerlos o escucharlos: Mario Benedetti, de su libro de poemas “Letras de emergencia” de 1969-1973 el poema “Me sirve, no me sirve”.

-La esperanza tan dulce,
tan pulida, tan triste;
la promesa tan leve,
no me sirve.


-No me sirve tan mansa
la esperanza,
la rabia tan sumisa,
tan débil, tan humilde,
el furor tan prudente
no me sirve.


-No me sirve tan sabia
tanta rabia.
El grito tan exacto
si el tiempo lo permite,
alarido tan pulcro
no me sirve.


-No me sirve tan bueno
tanto trueno.
El coraje tan dócil,
la bravura tan chirle,
la intrepidez tan lenta
no me sirve.


-No me sirve tan fría
la osadía.


-Si me sirve la vida
que es vida hasta morirse,
el corazón alerta
si me sirve.


-Me sirve cuando avanza
la confianza,
me sirve tu mirada
que es generosa y firme,
y tu silencio franco
si me sirve.


-Me sirve la medida
de tu vida,
me sirve tu futuro
que es un presente libre,
y tu lucha de siempre
si me sirve.


-Me sirve tu batalla
sin medalla,
me sirve la modestia
de tu orgullo posible,
y tu mano segura
si me sirve
me sirve tu sendero
compañero.


Una bella cancion de Joan Manuel Serrat que se la dedico a Óscar´,
sabedor de la admiración que le tiene a este gran compositor y cantante.





   

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