“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
Horacio Verbitsky, periodista y escritor argentino
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viernes, 29 de enero de 2016

"Las cuentas pendientes", novela de Gastón Segura que habla del saqueo de las Cajas de Ahorros y de los individuos de dudosa moralidad que las gobernaron. Se la dedica al que fue su amigo Javier Krahe.


     Nuestro querido Gastón Segura Valero, mitad villenero mitad caudetano,  nos ha sorprendido gratamente con la publicación de una nueva novela que lleva por título "Las cuentas pendientes" publicada por "Drácena Ediciones" S.L. El libro nos lo presentó hace unos días en el Museo Rafel Requena el villenero Sergio Galindo Mateo, Filólogo por la Universidad de Alicante, funcionario interino del cuerpo de profesores de Enseñanza Secundaria y profesor-coordinador de varios Club de Lectura  como D. Quijote de la Mancha, Literatura distópica, Mario Benedetti, Literatura fantástica, de ciencia ficción y "Lectores por placer". Tambien estuvo presente Luis Felipe Bañón Graciá, concejal de Cultura, que empezó glosándo la figura  de Sergio Galindo.

     Además de su madre y su hermano Kike, Mª José Moreno Fernández, Directora de la Biblioteca Ana María Matute y Candelaria Fausto, Coordinadora de los Club de Lectura, asistieron un nutrido grupo de amigos y seguidores de este escritor "que colabora con nosotras cada vez que lo llamamos", me decía mi vecina, asidua y empedernida lectora que forma parte de uno de los muchos Club de Lecturas, clubs que es de justicia propagarlo, son un referente a nivel provincial y regional por su constante e intensa actividad y, sobre todo, por la impagable afición que han generado a la lectura. En la mujer sobre todo. "El último libro que leímos de Gastón en el Club fue "Stopper", me decía otra de las muchas fans que este escritor tiene en su pueblo de adopción.

    No es muy frecuente que ocurra, pero Gastón es profeta en su tierra. Aquí y en Villena. Conoce muchas historias, sabe contarlas y, sobre todo, sabe ganarse a la gente. Su paisano Sergio empezó diciendo "...me lo  paso muy bien leyendo a Gastón, que es un autor dificil de encasillar pero que tiene un concepto muy alto de la literatura. "Las cuentas pendientes" esta escrita entre el 2009 y 2010. Es una novela negra, contada en primera persona y focalizada  a través de Ernesto Urrutia en una declaración  a la Guardía Civil tras la "accidentada" muerte de Raquel, mujer del expresidente de una Caja de Ahorros. Combina muy bién los tiempos para que el lector no se pierda. Me gusta el uso que hace del lenguaje donde podemos encontrarlo en sus novelas "directo", de "jerga" y "poético". Gastón no solo es crítico con la política, sino tambien con lo social"

      En el Epílogo, Gastón cuenta cómo ha nacido este libro. Dice "..he pretendido siempre que mis relatos disten en sus modos y su tono tanto como difieran entre sí sus peripecias, y, sin embargo, salta a la vista que Las cuentas pendientes presentan en voz y urdimbres demasiadas semejanzas con su predecesora  Stopper. Esta circunstancia que contradice mi empeño, se debe al hecho mismo de su concepción que no fue otro que un encargo de Moncho Alpuente". (Alpuente murió en marzo del 2015. Madrileno, periodista, escritor, humorista y músico fue un personaje querido y entrañable)

    Sigue contándonos que sería a finales de octubre del 2009 cuando su amigo Moncho -sugestionado por Stopper- le propone escribir otra novela negra para una serie que le iban a encomendar de un día para otro. Sin ganas de otra aventura detestivezca, pero haciendo de tripas corazón, se anima a escribirla al mismo tiempo que le pone la condición de introducir la trama por los despachos políticos, cosa que no había realizado en Stopper para no añadir más dificultades a su publicación, lo que le había escocido mucho.

        Moncho le da el visto bueno a la trama y, un mes más tarde, empieza a darle vida al personaje Ernesto Urrutia para, en diciembre del 2010, tener finalizado el encargo de su amigo. Con tan mala fortuna, que la "serie negra" se va al garete. Con la novela terminada, Gastón levanta el teléfono y comienza a  llamar a editores "...para que el correr de los acontecimientos -en palabras de Gastón- no mermase lo que de estruendosa novedad presentaba el relato: la quiebra de una caja de ahorros que desde la primera reunión con Moncho sale a la luz que el Gobernador de España andaba promoviendo con urgencias de parto, la fusión de todos estos peculiares bancos de provincias, lo que no hacía sino propagar la sospecha sobre su calamidad -por no llamarla podedumbre- general; y claro, siendo medio alicantino, no me hizo falta darle demasiadas vueltas para casar el hundimiento de un parque temático con el de una caja de ahorros".

    Llama la tención la foto de la cubierta del libro realizada por Francesco Pistolesi: una hucha que abarca casi toda la página y un billete de 500 pesetas. Una hucha de barro, de las que teníamos de chiquillos y, al lado, el título del libro: Las cuentas pendientes. De alguna forma, la portada encarna un pasado -de sacrificio y ahorro-que nada tiene que ver con la desenfrenada forma de vida que se originó a partir de mediados de los noventa teniendo como protagonistas a grandes constructoras y promotoras, medios de comunicación, directores de Bancos y Cajas y a políticos sin miramientos ni escrúpulos que, como el Presidente del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordoñez, Mafo para los amigos, miró para otra parte en vez de denunciar lo que estaba pasando. ¿Quien controlaba al controlador? ¡¡¡¡Nadie!!!

     En el 2009, ya hemos acabado con la gallina que ponía huevos de oro y empezamos a vislumbrar la que se nos venía encima. La novela de Gastón es -puede leerse en la contraportada- "...una amarga denuncia de los efectos desabastadores de la crisis financiera del 2008 en el sector de la construcción y, como consecuencia, sobre la red bancaria, tan peculiar, que eran las cajas de ahorros y los individuos de dudosa moralidad que las gobernaron. La trama transcurre en uno de los lugares más castigados por aquel derrumbre general: una provincia del Levante y gira en torno a la quiebra de uno de los monumentos a la estulticia que fueron y son los "parques temáticos", cuyo desplome es silenciado por todos los prebostes de la provincia hasta que, "accidentalmente" aparece muerta la exmujer del presidente de una caja de ahorros y..."

           Gastón denuncia en esta novela a los que la Justicia esta ahora ajusticiando. Para mi gusto, de forma lenta y desproporcionada para el daño que nos han hecho. Hace unos meses dije que si el fundador de la Caja de Ahorros del Sureste Español, y tantos otros que pusieron en marcha la CAM, -me refería al cartagenero Antonio Ramos Carratala- levantara la cabeza, no darían crédito a lo ocurrido. Me alegro que Gastón haya dejado constancia en su libro de un saqueo que supuso la quiebra de España en el mismo momento que los hechos se producían: Benidorm, con Terra Mítica, Valencia (Bancaja), Castilla La Mancha (CCM), Castellón y Ciudad Real con sus respectivos aeropuertos sin aviones...¡Un dislate!

   Un detalle que me ha gustado es que Gastón le haya dedicado el libro a un buen amigo suyo: al cantautor Javier Krahe, nacido en Madrid en 1944 y que nos dejó el verano pasado, un 15 de julio, en Zahara de los Atunes. Se dio a conocer, a comienzos de los 80, en un espectáculo junto a Joaquin Sabina y Alberto Pérez en un local madrileno "La Mandrágora". Les voy a dejar con un tema que le trajo muchos dolores de cabeza con el gobierno de Felipe Gonzalez por criticar la entrada de España en la OTAN y que lleva por título "Cuervo Ingenuo".
 Dedicado a Gastón y a sus amigos Javier y Moncho.


 Gastón Segura nació en Villena en 1961. Se trasladó a Caudete a los siete años, y entre ambos pueblos pasó su vida hasta que, a su debido tiempo, marchó a Valencia para licenciarse en Filosofía. En 1990, se instala en Madrid, y tras probar suerte en diversos oficios, en 1996 decide dejarlo todo para dedicarse a la escritura. 
En 1999, resultó finalista absoluto del XXIII Premio Azorín con su primera novela, todavía inédita, Las calicatas por la Santa Librada. Ha publicado las crónicas africanas A la sombra de Franco (2004) e Ifni: la guerra que silenció Franco(2006), también la crónica local, El coro de la danza (2006), el ensayo Gaudí o el clamor de la piedra (Asimétricas, 2011), que resultaría seleccionado como lectura recomendada en los cursos de doctorado de la Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad Complutense y la novela Stopper (2008), que también sería distinguida como «lectura imprescindible» por el Departamento de Lenguas Modernas de la Universidad Estatal de California. Añadiremos que Drácena le ha editado Los cuadernos de un amante ocioso (2012)







  

  


























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