Con motivo del 25 Aniversario de la presencia de España en la Antártica, el
pasado lunes, 28 de enero, en la sección EM/2
CIENCIA del diario “El Mundo”, aparecía un interesante artículo
firmado por Teresa
Guerrero en el que nuestro paisano, el metereologo Manuel Bañón, le relataba a la periodista, como es y en que consiste el trabajo de un
científico en la Antártida. Manuel participó en la primera expedición
87-88 y, desde entonces, ha realizado 11 viajes a este continente helado
situado a más de 12.500 km. Recuerdo que
colaboraba como corresponsal en el diario “La Verdad” de Albacete
donde me publicaron, en primera página, la experiencia de aquel primer
viaje que Bañón me contó con mucho detalle. ¡Mas años hace! del periodo de estudio y formación académica en el Instituto Hermanos Amoros de Villena con profesores de la talla de Julia Pablo Cristrobal, Martín Güal, Rafael Bonastre o Mª Teresa -profesora de Física y que algo tendría que ver para que Bañon eligiera esta asignatura como carrera- junto con Vicente Sanchez Mira, Angel Roman, Manuel Bañon, Damian Agulló, Santi Roman, Antonio Cano, Herrerías, Florencio, Elias..... y muchos mas compañeros, con aquellas memorables partidas de dominó a dobles que jugábamos con mucha rivalidad en el Bar Baralida esperando reinicar las clases de la tarde. ¡Como pasa el tiempo, queridos amigos! Por eso, les digo que me llevé una
grata sorpresa cuando, leyendo El Mundo, llegué a la página 35 y me encontré el artículo, muy bien documentado por cierto, que resumía los trabajos científicos
que España ha realizado en la Antartica desde nace 25 años, contado a la periodista por Manuel. "La
campaña -dice- de este año en la estación científica Juan Carlos I, solo durará 70 días debido a
los recortes. Las obras de ampliación llevan dos años de retraso ya que lo
habitual era que la base permaneciera abierta entre tres o cuatro meses durante
el verano austral y esta temporada solo va a estar ocupada durante 70 días". El
artículo se inicia con una descripción
de un continente que llega a alcanzar temperaturas de -75*C y que el la zona en la que esta ubicada
la Juan Carlos I picos de hasta -25* C.
“El interior del continente -cuenta Bañon- es un desierto blanco, una maravilla. La Antártida marítima en la que se
encuentra la base española esta llena de vida. Hay todo tipo de pingüinos,
muchas aves marítimas y en la bahía tenemos visitas de ballenas todos los días.
Estamos rodeados de montañas nevadas y tenemos los glaciares, que llegan hasta
el mar y tienen hielo de todos los colores. Incluso negro, por la ceniza
volcánica. La primera vez que vas impresiona".
Podemos leer también que “la Rey Juan Carlos I esta gestionada por el
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y que en la isla de
Decepción, a unas veinte millas de navegación, se encuentra la otra base
española, la Gabriel de Castilla que fue instalada durante la campaña 1989-1990
y esta gestionada por el Ejercito de Tierra. Con esta primera base, España
demostró a la comunidad Internacional su interés por la investigación en la
Antártida y que fue la pieza que permitió que España fuera admitida en
septiembre de 1988 como miembro consultivo del Tratado Antártico, el único que
regula y protege este territorio”.
En otro apartado, Bañon le comenta a Teresa que …”entre las investigaciones que se llevan a
cabo destacan los estudios sobre líquenes, del campo magnético terrestre y, por
supuesto, sobre los cambios del clima. Bañon afirma, no obstante, que la
situación ahora es bastante precaria en la base con las obras a medio terminar: la zona de laboratorios ha
desaparecido y el módulo científico se ha reducido a un contenedor. El cambio
en 25 años ha sido radical. Antes íbamos a la aventura. No sabias que te ibas a
encontrar porque había poca información. Había muy poca gente y nos
comunicábamos con España vía radio. Ahora el ambiente es muy distinto y el
personal de mantenimiento se ha profesionalizado”. El próximo 26 de
febrero se cerrará la Base hasta el próximo verano austral. En más de una
ocasión he asistido, en la Casa de la Cultura, a charlas impartidas por este científico, amante de aventura y el riesgo, donde nos ha contado
su experiencia en la Antártida acompañada de la proyección de espectaculares fotos. Siempre ha sido interesante seguir las
explicaciones de estas campañas de tipo científico. Le propondré a Amelia Verdú, concejala de Cultura, que contacte con él para que, si tiene a bien, nos vuelva a contar anecdotas de este viaje.
Aqui vemos a Manuel Bañon, 25 años mas joven,
con cazadora roja y gorro de lana
( Foto de la Fundación Polar)
Zódiac navegando en una zona llena de brass o hielo que cae del glaciar
(Foto del CSIC)
Iglú del campamento Byers
( Foto del CSIC )
El artículo de El Mundo incluye esta interesante descripción
del Tratado Antártico, de Manuel Catalán Pérez-Urquiola
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